En todos esos encuentros esporádicos, siempre lo vi bien, pero no sabía hasta qué punto mi mirada me engañaba, porque en su ojos también siempre vi un silencio que mi paciencia no podía descifrar, no encontraba la manera de conocer lo que mi alma sí sabía, no podía confirmar lo que desde algún momento intuí.

Así que hoy tengo algo más que agradecer a mi querida Brokeback Mountain, porque nos dio la oportunidad y la ocasión de que me abriera su corazón y en esas cuatro horas que compartimos charlando, por fin ya en sus ojos no había silencio: vi dulzura, picardía, desenfreno, pasión, ternura... Amor.
Pero algo se mantuvo inalterable: él es mi Amigo y lo quiero. Y eso nunca cambiará.
4 comentarios:
te felicito, eres una amiga en toda la extensión de la palabra.
Brokeback ha abierto corazones y ha cerrado heridas...
1beso
Ahh vecinita, ahora me toca a mí decir que has escrito algo con lo que me identifico plenamente, solo que en mi caso, ocurrió con una amiga...imagino lo hermoso que estás sintiendo, me siento muy feliz por ti...besos miles.
Brokeback nos dejó marcados. Cierto. Ojalá a todo el mundo le marcara así de bien. Lo mejor de todo, ese amigo que te tiene por amiga. Eso sí que es una suerte.
Publicar un comentario