PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

Vienen desde el Sur, llegando tímidamente, esperando quedarse en vuestros corazones

Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

04 febrero, 2007

La Carta


Querido Andrés:
En mi mente he escrito esta carta infinidad de veces… y cada día se hizo más difícil dibujar las palabras y encontrar la fuerza para enviártelas.
No me despedí de vos. Y vos tampoco me buscaste para que te diera una explicación… pero la verdad es que creo que no te hacía falta. Lo supiste antes que yo me diera cuenta ¿verdad? Yo no iba a poder con todo esto…
El haber dejado a Maldonado fue una excelente decisión. En mi mundo, como vos me decías, me fue mejor aún que con El Viejo. Y me he enterado de que se enorgullece diciendo que empecé con él. Como razón no le falta, ¿qué voy a decir yo?
Puse la casa en venta. ¿Lo que tendría que haber hecho desde el principio? No Andrés, no. De esa forma no te hubiera conocido… y conocerte… ha sido lo mejor que me pasó en la vida.
El 24 me caso. Y esta decisión me ha dado la fuerza para comenzar estas palabras.
Conocí a Sofía en esa fiesta de fin de año. Si, esa maldita fiesta por la que nos peleamos al ir solo y sin siquiera pedirte que me acompañaras... Aunque no fue por la fiesta ¿no? Nos peleamos porque yo no tomaba una posición en nuestra relación… una posición que vos tomaste desde el principio… durante los dos meses que compartimos vos me diste un lugar en tu vida que sé era único, un lugar que nadie ocupó jamás. Y aunque yo no hice lo mismo en mi vida, puedo jurarte Andrés que el lugar que ocupaste en mis sentimientos jamás lo ocupó nadie. Y así se ha quedado. Nadie.
Pero el 24 me caso con Sofía y quería decírtelo. La quiero mucho. Vive en Barcelona y ahora yo también. Si, aunque en el estudio en Buenos Aires me iba bien, decidí seguirla y estoy preparándome para revalidar el título… estoy comenzando otra vez Andrés… lejos. De vos.
Ella es una excelente chica, también es abogada, así que me está guiando en este lado del mundo. Nos entendemos bien… Y no sé qué más decirte Andrés… la quiero. Me quiere. ¿Se necesita algo más para ser feliz?
Nunca te olvidaré Andrés. Ni olvidaré cada momento que compartí con vos. Me hiciste dar cuenta de que podía sentir, que era hermoso reírse, que estaba vivo. No sé si el recuerdo de esos dos meses en los que vivimos un mundo sólo nuestro, me alcanzará para vivir el resto de mi vida, pero quiero que sepas que atesoro cada instante como los más felices.
Ahora daré vuelta la página, pero sin olvidarte. No podría. Jamás.
Siempre te amaré.
Mark.
PD.: Sé feliz. No olvides el mar…



El 24 Andrés tomó la camioneta y dejando una nota sobre la mesa de la cocina, salió mucho antes del amanecer. Para cuando el sol apenas se comenzaba a asomar él ya estaba en Pinamar. Casi como un sonámbulo dejó la camioneta y comenzó a andar por el pueblo silencioso. Faltaban un par de meses para la temporada de vacaciones y el lugar estaba solitario. No hacía un año había estado allí con Marco y se habían besado por primera vez. Marco hablaba de dos meses y tan sólo fue uno. Claro, Marco contaba el tiempo antes del beso. Y tenía razón, ese tiempo contaba también. Porque en ese tiempo él se dió cuenta de que había encontrado por fin a quién amar. Y con el beso supo que ese alguien también sentía lo mismo.
Una vez más se maldijo por haberle exigido a Marco que lo llevara a esa maldita fiesta. Marco no estaba listo aún… y nunca lo iba a estar. Si dejó a Maldonado fue porque no quería dar explicaciones sobre su vida privada. Pero no podía dejar a sus padres para que no se enteraran de su nueva vida… - Y me dejó a mí. – los ojos de Andrés se llenaron de lágrimas. Una vez más. Pero una vez más se contuvo.
Fue hacia la puerta de aquel boliche bailable donde habían visto a la ex – novia de Marco. Y se sentó un buen rato recordando detalles de ese y otros días. Se sonría en todos los recuerdos. Y tragó saliva para deshacer el nudo que se le hizo en la garganta.
Luego caminó y los pasos lo llevaron a la costa. Pero no se atrevió a entrar a la playa. Se quedó allí, nuevamente dibujando con sus pies en la arena que se amontonaba en la vereda. Concentrado en hacer un círculo perfecto, se giró a uno y otro lado. Entonces lo recorrió un escalofrío, como si alguien más estuviera allí. Miró alrededor y nadie más estaba en ese lugar. Pero sí vió que la suave brisa del mar estaba desdibujando unas huellas que no eran las suyas. Pies descalzos habían dejado un rastro hacia la playa.
El pulso de Andrés se aceleró incontenible. No olvides el mar, resonó en su cabeza. Y siguió las huellas hasta aquella farola donde habían quedado sus cuerpos dibujados meses atrás. Pero no había nadie allí. Sólo más huellas que se dirigían al mar y luego se perdían… Andrés se sentó allí mismo y se puso a llorar. Abrazó sus rodillas con fuerza y lloró todo lo que no había llorado antes.

- Salí a buscarte cuando no te encontré acá.
Andrés levantó lentamente la mirada y con los pies descalzos estaba Marco parado frente a él.
- ¿Mark?
- Llegué al amanecer y te vine a buscar.
- …
- No pude Andrés. Apenas envié esa carta supe que no podría. Me resistí día y noche hasta que le conté todo a Sofía y me tomé el primer vuelo a Buenos Aires.
- …
- Si seguía adelante iba a ser infeliz y no solamente yo… - Marco se agachó y secó las lágrimas de Andrés - ¿Podrás perdonarme alguna vez?
- ¿Estás dispuesto a averiguarlo?
- Estoy dispuesto a todo Andy.
- “Andrés” me gusta más de tus labios, “Mark”.


Para Ana del Norte, de Ana del Sur...
Siempre te estaré esperando Amiga...
Te quiero mucho!!!
Un abrazo del Alma...

9 comentarios:

Dalia dijo...

ay que susto... yo que ya daba a estos dos como felices y juntos y me entero de que marcos se fue...

gracias por la continuación Ana, es hermoso reencontrarse con amados personajes... es como ver de nuevo un amigo que se fue lejos pero que seguimos queriendo por siempre...

pon dijo...

Toma ya!!!!
Jo lo empecé y me quedé "ay madreeeee, noooo!!"
Menos mal que acaba tan bien.
Precioso Anita sureña, juntadora de letras.

Max dijo...

Uffff, menos mal, vaya manera de dar la vuelta a la tortilla, Ana. Que bueno. Gracias.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Me costó tanto sacar "a la luz" este final... sabía qué quería decir, pero nunca encontraba el modo... pues bien, lo encontré... ¿les ha gustado? ME ALEGRO MUCHO!

Besos a cada uno y Gracias por acompañarme en esta experiencia de escribir ficción... prometo seguir intentándolo... a ver si sale cada vez un poco mejor... ja ja ja!!!

Mar del Norte dijo...

Enhorabuena, Ana del Sur, que consigues llegar al norte de una manera tan especial que me dejas con la boca abierta y el corazón en un puño...
Besos

Anónimo dijo...

Mi dulce amiga ¿justo tú no encontrar palabras para decir algo? Naaaaaa...esa......esa soy yo y lo sabes!!!, bueno me encantó el final, porque es final no? o ¿tal vez el principio de una bella vida llena de encuentros, desencuentros y finales, como la de muchos de habitantes de la montaña?, en fin solo se que nos has llenado el corazón de esperanza y amor, te quiero mucho y sigue escribiendo que lo haces estupendamente!

Ro

un-angel dijo...

No soy un juez imparcial porque todo lo que viene de ti lo contemplo con un cariño especial, pero en este caso debes creerme: resultó dulce y lleno de ternura...como no podía ser menos viniendo de alguien tan tierno como tu.
Cada vez lo haces mejor, en serio.
Un abrazo, amiga mía.

Anónimo dijo...

Había pensado lo peor...
Me encantan los finales felices, brindo por Andrés y Mark!
Felicitaciones, Hada escritora, debo repetirte cuánto me emocionas con tus palabras? No es necesario, en cambio si te digo que queremos más. Mucho más.

El César del Coctel dijo...

Mi Hada, luego de tanto tiempo vuelvo a leer este final... es como un trago de Café, como un Tango... me hizo llorar de nuevo, pero feliz a la vez... tiene deseperanza y esperanza... impotencia y fuerza... rabia y amor... sobre todo esto último: amor.

No me cansaré de leer esta historia.

Un Hada Azul

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