La promesa

Había una vez un sentimiento, un sentimiento profundo y escondido, dormido en algunos corazones...
Y un sonido, un lamento de guitarra española, hizo que el sentimiento despertara. Aletargado, tardó en saber dónde estaba, qué hacía allí, cómo era él mismo... quizás nunca había estado despierto realmente. El sentimiento no lo sabía. Pero sentía que nunca había sido pleno. Nunca podría haberse visto como Todo.
Silenciosamente se fueron iluminando en su derredor los paisajes más hermosos: cumbres nevadas, pinares, playas pálidas, un río color de león, arroyos burbujeantes en su bajada hacia la mar.
Y desde el silencio emergieron sonidos, se escucharon aves, aullidos de coyotes, ronroneos gatunos, algún ladrido, el crepitar de una hoguera, el susurro de unas ramas jugando con el agua, las notas disonantes de una armónica desafinada... toda la naturaleza y sus diferencias se despertó con ese sentimiento.
Entonces el sentimiento no estuvo solo, con él despertaron las musas, los recuerdos, los sueños y así se multiplicó tanto, tanto, tanto, que se hizo una constelación de sentimientos similares y encontrados. Todo a la vez.
Tuvo muchos nombres: emoción, ternura, congoja, miedo, tristeza, pasión, añoranza... mas siempre era Amor. Amor en sus infinitas facetas, en sus indefinidos lenguajes, en sus increíbles senderos.
Los corazones palpitaron y sus dueños lloraron, rieron, anhelaron, vivieron, sintieron... en ocasiones por primera vez, en otras recordando cómo habían sido años atrás, en otras encontrando la manera que habían deseado toda la vida...
Esos corazones ya nunca fueron ni serán los mismos, están más ejercitados, más agigantados, más felices a pesar de los pesares que los agobian, porque están latiendo con mayor intensidad: sus dueños pueden amar infinitamente de diferentes formas. Sus dueños son capaces hoy de prometer amistad para siempre a otro corazón que late con su misma fuerza.
Y la promesa será un puente desde un corazón al otro, desde el mío al tuyo, del tuyo al mío.

Para siempre.

Lo prometo.

(porque no me has pedido que jure... y tampoco soy afecta a jurar...)