Tiempo.
Pantalla en blanco.
Mi corazón latiendo fuerte.
Joss Stone cantando.
Y en mí, algo por decir, algo que no tiene forma, sólo intensidad.
Mi vida transcurre en corrientes de realidad, donde los silencios surcan mis acciones y los gestos emanan de emociones...
Pero hoy quiero escribir.
Cierro los ojos rebuscando orden dentro de mi mente suspendida y de golpe recordé la salida de la luna el domingo: una bola anaranjada elevándose en el horizonte, que a los pocos minutos ya era una enorme esfera de plata... Fue aquella una visión inusitada, estaba en la ruta, regresando de un paseo a la ciudad de San Pedro y tuve el privilegio de que mis ojos pudieran ver ese milagro... del recuerdo me asaltó la certeza que tantas veces me embarga: mi pequeñez universal...
A veces voy caminando por las calles de Buenos Aires y tomo conciencia de que mis pasos están perdidos entre millones de pasos. Entonces siento que me elevo, puedo verme caminar y ver a los demás cruzando destinos con el mío. Me elevo más y veo a Buenos Aires, a orillas del río color de león... ¿Más arriba? si... Argentina, América Latina, el Continente... ahora el Atlántico es un charco y allí está "el otro lado"... una sonrisa... y elevo la mirada... aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh, el espacio... y allí la luna mostrando su bella cara a los mortales que siguen caminando en el planeta... Las estrellas... planetas... el sistema solar... Y más estrellas... La inmensidad se adueña de mi aliento... Qué lejos, qué grande es todo... qué pequeña soy... mejor regreso... y en un santiamén: he chocado con alguien que no sabía de mi lejanía y me hizo volver a la realidad inmediata.
- Disculpe - dice.
- Claro... - respondo... y me pregunto cuál será su destino, si en ese breve instante que lo detuve tendré algo que ver...
Pensando en eso, bajo las escaleras para sumerjirme en las entrañas de Buenos Aires, donde otros pensamientos me llevarán a otros sueños, otras pesadillas, otras ideas... donde me sentiré pequeña o grande, o única o una más... dependiendo los derroteros que encuentre mi mente.
Imagen del subte: http://pabloagustinrodriguez.blogspot.com/2008_04_01_archive.html
De «Nacido en Gaza» a «Nacido en Siria»
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Cuando tomé la decisión el año pasado de ir a Gaza durante la guerra, en
ningún momento llegué a imaginarme que aquel intento de dar voz a sus
víctimas más...
Hace 8 años.
7 comentarios:
Aunque te sientas pequeña, eres grande, eres alguien especial pues has conseguido que desde el otro lado del charco aaaaaaahhhhhhhhh, alguien se emocione con tus palabras, se identifique totalmente con ellas.
Viendo el eclipse, además de pensar en todas mis almitas (ya sabes de mi pasión por las estrellas, la luna...), me sentí como una pulguita diminuta en medio de la calle.
Has bordado este escrito Ana, sinceramente me parece que eres grande, muy grande.
Un beso desde este lado del charco, si, si..., desde el otro...
Eres grande, muy grande y esa grandeza llega hasta el corazon lejano de esta Mar del Norte que te lee en silencio y en silencio se queda pensando en las maravillas que escribes porque con lo que dices toda palabra sobra...
Besos hada
Como siempre llenando de poesía la cotidianidad, dichosa vos (pequeña licencia) que sabes disfrutar y conservar como nadie esos pequeños placeres de realidad diaria.
...la próxima vez que emprendas vuelo, he pensado, una sugerencia, que podrías dejarte caer a este lado del charco, donde hay otros pequeños suspirando por ver este suelo hollado por pies de hada, aahhhh...
...un beso, como siempre...
...
Ana, me encantaron tus reflexiones de este post, y no pude, una vez más, sentirme reflejado.
La grandeza o pequeñez se miden en comparación con otra cosa, y siempre habrá alguien o algo más que uno, no? Y menos también.
Cuando camino me hago las mismas preguntas que vos, amiga, y nunca tendrán respuesta...
Besote.
JfT
Tu siempre grande, Anita...
Esta entrada tuya se llama como mi blog... será porque desde arriba se ven las cosas como ya digo en él más pequeñas pero se aprecian mejor los colores...
Un besazo
no pequeña, unica!
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