Aires de diciembre

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“I feeling in my fingers
I feeling in my toes
Christmas is around me
Come on and let it snow...”


Muy bien… ya pasaron todos aquellos acontecimientos que necesitaban de toda mi atención, cumpleaños de fines de noviembre…, fiestas de fin de curso…, fiestas de reencuentro…, primeras fiestas de fin de año…, los cumpleaños de comienzos de diciembre… AHORA SI. AHORA YA PUEDO DEJAR LIBRE A MI ESPIRITU NAVIDEÑO, al cual tenía maniatado y amordazado impidiendo se desbocara con todo el arsenal disponible en vidrieras y negocios de Buenos Aires… porque desde fines de Octubre todo está pintado de verde, rojo, dorado y blanco… en castellano y en inglés, con villancicos o christmas carol, en venta o alquiler… hay de todo: luces en las casas; música navideña en los shoppings; maniquies con gorros rojos y pompones blancos; árboles navideños colgando de negocios especializados; postales para enviar a los que viven lejos; adornos para el árbol, para la puerta de casa, para las ventanas, para los parques… la Navidad está por doquier, buscándonos… bueno… lo que en realidad está es todo el mercadeo… eso no es Navidad. Ya lo sé. Es todo lo que la rodea, todo aquello que ha venido con el correr de los años, con las ideas que se le han ido ocurriendo a grandes empresarios… porque aquí hace un calor de muerte, sin embargo seguimos esperando a Papá Noel vestido el pobre de traje de lana rojo con guardas de pieles blancas, botas negras… y una barba blanca bien tupida… Y comemos Pan Dulce (Panettone) con muchas nueces, almendras, chispas de chocolate y frutas abrillantadas… turrones de maní… garrapiñadas… peladillas… budín inglés… todas cosas que nos suben aún más la temperatura… y la bebida corre helada para bajar tanto fuego, champagne, sidra, anana, clericó, durazno fizz… Y así es nuestra Nochebuena y sigue en la Navidad… ¿criticable? ¡Qué se yo! Por mi parte y también hablaré en nombre de mi familia, nos encanta. No, no me quejo. A mi me encanta todo esto. Me fascina mirar películas que traten de la Navidad, aunque ninguna trate de la Navidad en sí… o por lo menos de la Navidad Cristiana, que en definitiva es la NAVIDAD EN SI… ja ja ja!!! Porque lo que conmemoramos el 24 de diciembre a la medianoche es que ese día nació quien vino al mundo sólo para traernos un mensaje del Padre y a expiar nuestros pecados… pero ¿quién recuerda eso? Vamos, que son las 12 y nuestros chicos esperan ver si Papá Noel dejó los regalos, mientras ellos estaban distraídos brindando con los locos de sus padres, o viendo los fuegos artificiales que siempre aparecen en ese instante (y por su culpa no pudieron atrapar a Papá Noel cuando dejaba los regalos)… Y los adultos nos fascinamos con sus caritas sorprendidas al descubrir los paquetes al pie del árbol… De golpe, a eso de las 00:20 alguno dirá “Jesusito” y saldremos corriendo a meter la mano detrás del pesebre para rescatar al Niño del olvido y todos le daremos un besito agradeciendo que esté una vez más entre nosotros… entonces lo colocaremos en el pesebre y todos estaremos completos: ya es Navidad, de verdad, NAVIDAD.
Insisto, no lo critico, es parte de la idiosincrasia argentina, mechada de tradiciones europeas, costumbres nórdicas, ingenio nacional… me gusta así, me agrada el árbol, el pesebre, las luces en las casas, los adornos en las puertas… amo el pan dulce y comería hasta reventar almendras cubiertas de chocolate, me fascina la sidra bien fría… pero… una de las cosas que más me gusta es… la reunión, las ganas que le ponemos a ello, a pesar de que algún miembro de la familia nos caiga más gordo que otro, en esos días hacemos el esfuerzo, lo saludamos y pensamos que algo de la Navidad descienda sobre todos, que nos haga más buenos, menos culpables, más bondadosos, menos mezquinos, más tolerantes, menos antipáticos… así… la Navidad está plagada de buenos deseos… para nosotros y para los otros y por eso solo, ya vale la pena compartir, estar, vivir la NAVIDAD.
¿Qué planes tengo? Ni idea! Ja Ja Ja Ja Ja!!! Porque aunque el Hada y Cía. esté feliz con la Navidad, no es así para todos igual, así que cuando empezamos a preguntar “¿Qué vas a hacer para las fiestas?” generalmente responden de mala gana “¡Qué se yo!” “Si fuera por mi ni festejo” “¿Ya vienen las fiestas?” A quién salí, se preguntarán… pues a mis viejos que nunca dejaron de festejar, a mi papá que llevaba fuegos artificiales a Ferré mientras que mi abuelo se iba a dormir porque para él era como un día cualquiera… a mi mamá que hizo que la primer Navidad sin mi viejo sea una de las que más recuerde, haciéndola bonita, plagada de momentos cálidos junto a ella y mis hermanos… en mi familia seguimos conmemorando estos momentos aun cuando tengamos el corazón triste, porque la Navidad es volver a creer, volver a empezar, volver a hacer... o al menos volver a intentarlo...