Andy condujo un par de horas y luego Marco, que dormitó un rato, le pidió relevarlo. Ambos estaban muy cansados así que Andy no protestó, pero sí le pidió que lo despertara pasadas dos horas.
Apenas cambiaron de lugares, el paisajista se durmió instantaneamente, previo subir el volumen de la radio “así no te dormís vos” le dijo. Acto seguido cayó en profundo sueño.
Alanis Morisette exclamó en la radio su viejo « Ironic »
(http://www.youtube.com/watch?v=B_DgPxbQP4Y)
It's like rain on your wedding day It's a free ride when you've already paid It's the good advice that you just didn't take Who would've thought ... it figures
Y nuestro amigo la siguió con gusto... haciendo las modulaciones y hasta imitando aquel viejo video, en el que Alanis conducía su auto a través de la nieve en compañía de sí misma. Andy abrió un ojo y sonrió levemente, pero no se dejó ver por Marco, volviendo a dormirse.
Pasaron las dos horas y estacionó en una estación de servicios, pero no llamó a Andy, reclinó el asiento y se tomó un rato para descansar él también. Programó el celular para que sonara la alarma en media hora y cerró los ojos.
Pronto los abrió y vio los de Andy que lo miraban con dulzura, una dulzura extrema que lo conmovió tanto hasta sentir que sus ojos se humedecían, casi desbordados de lágrimas... sin poder evitarlo extendió su mano izquierda y alcanzó la mejilla de su amigo. Éste giró la boca y comenzó a besarle la palma de la mano. Esa humedad hizo que Marco se estremeciera, que el calor recorriera su cuerpo como una línea de fuego instantánea.
Despertó sobresaltado, Andy seguía durmiendo, pero su mano izquierda sí estaba suspendida en el aire, a un palmo de tocar la mejilla de Andy. Sonó la alarma del celular y el que se sobresaltó fue Andy. Marco llegó a alejar la mano sin que el otro lo viera. Tenía el corazón latiendo fuerte y una gota de sudor se deslizaba por su espalda.
Salieron, estiraron las piernas un poco y siguieron el camino. Andy conducía, el sonido de la radio estaba más bajo, pero Marco no pudo conciliar el sueño, se volvió parco y callado. Andy le preguntó si se encontraba bien y él acusó cansancio, pero en realidad estaba inquieto porque no sabía qué lo torturaba, no lograba discernir el pensamiento, estaba invadido por emociones, sensaciones que lo traspasaban. Sólo sentía ganas de estar en silencio.
Pronto llegaron a San Bernardo. Aguardaron hasta las 7 de la mañana y se reunieron con los clientes, Andy presentó a Marco como un pasante en su vivero, dijo que estudiaba paisajismo y que aquel era un viaje de estudios para ellos. Marco consiguió relajarse un poco al estar concentrado en las posibilidades que brindaba el parque a diseñar.
A las 10 de la mañana se desocuparon, habían desayunado temprano con los clientes, así que se fueron a la playa, llegaron corriendo y se metieron en el agua ¡estaba helada! Pero aún así nadaron un rato. Luego se tiraron en la arena y ambos quedaron dormidos... Cuando Marco despertó reparó en que Andy lo había hecho primero: estaba boca abajo, con la cabeza apoyada en los dorsos de las manos y desde allí había estado observando a Marco hasta que despertó. Éste, antes de hablar, a su vez se quedó mirándolo un rato... tal vez adivinando si estaba en medio de un sueño nuevamente o si en verdad Andy estaba viéndolo.
- ¿Estás bien Mark? Estás raro... ¿Pasó algo?
- No, quedate tranquilo, no te olvides que no dormimos bien – Marco dejó el tema allí. Ya el sueño de la madrugada se estaba disipando en el recuerdo, al tratar de evitar pensarlo, éste se había hecho una nebulosa que le hacía dudar si realmente había soñado lo que creía haber soñado.
Almorzaron, luego estuvieron otro rato en la playa y al atardecer volvieron a la casa de los clientes, iban a cenar un asado, así que se bañaron, se cambiaron y disfrutaron una buena cena.
Luego los invitaron a bailar, la pareja de anfitriones y otros amigos que concurrieron a la cena. Cada uno llevó su coche y partieron hacia Pinamar, un poco lejos, pero dijeron que estaban los mejores “Boliches” de la zona.
Mediaba la madrugada, Andy y Marco estuvieron bailando con un par de chicas, y luego fueron a los reservados, cubiles oscuros para charlar más tranquilamente.
Pero, cuando se estaban sentando, una voz inquietó a Marco, una voz conocida estaba cercana a ellos y estaba quejándose
-
¡Dejame tranquila!, ¡estás en pedo idiota! ¡No me agarres del pelo!
Marco susurró “
Bea” y como un autómata, se levantó. Andy que escuchó sí los gritos, mas no el murmullo de Marco, lo siguió.
Allí estaba la chica, con un tipo encima y una pareja al lado que no se preocupaba en lo más mínimo de ella y su suerte. El tipo le quería bajar la cabeza y meterla debajo de la mesa...
Marco lo agarró de la camisa y lo hizo volar hacia fuera. Andy se quedó de una pieza. Marco estaba por darle una trompada al tipo cuando Bea gritó:
- ¡No Marco! Por favor, no le hagas nada…
El tipo, que estaba suspendido en el aire, cayó apenas lo soltó. Se desplomó en el piso semi-inconsiente. Bea lo atendió preocupada. Cuando ésta consiguió sentarlo nuevamente, se acercó a Marco y le susurró:
- Es mi marido Marco.
- ¿Tu qué?
- Mi marido… me casé hace casi una semana… yo…
- Vos…
Andy llegó a escuchar estas palabras entre los exnovios. Y cuando Marco iba a pedirle a Bea que le dijera todo, lo vió allí, junto a él. Algo lo hizo avergonzarse, sintió la piel acalorada y necesitó desesperadamente salir de allí, irse. Pasó por encima de Bea.
- Marco tenés que entender, quedé embarazada – le dijo ella, pero Marco aunque la escuchó, no le importó lo que le decía. No le importó nada. Sólo quería irse de allí.
- Disculpe – dijo Andy con su tono comercial y salió tras él.
Las chicas que habían ido a los reservados con ellos, se quedaron atrás.
-
¿Todos los tipos tienen que ser raros?
- ¿Raros?
- Si. “Raros”
- ¿Vos creés que estos dos…?
- SEGURO!
Marco esperó a Andy apoyado en el coche, cruzado de brazos y mirando hacia el piso. Cuando éste se le paró al lado, tan solo comenzó a caminar hacia la playa.
- Bea fue mi novia.
- No tenés que contarme nada, si te hace mal…
- Quiero contártelo. – Y así fue como Andy conoció la historia desde el principio hasta su fin en la casa y ante la silueta de aquel árbol que los había hecho conocerse a ellos.
Cuando llegaron a la playa se sentaron entre los charcos de luz de dos farolas. La arena estaba húmeda y fría, pero la brisa de la madrugado no era demasiado destemplada y allí se quedaron. Marco se sintió aliviado de que Andy no eligiera un lugar muy luminoso. Aún sentía su rostro ruborizado…
Al finalizar el relato, se animó a mirar a Andy y lo vió como tantas veces antes, cuando él le contaba sobre algún caso que estaba defendiendo o su punto de vista ante una noticia, Andy ladeaba la cabeza y pestañeaba más lentamente… siempre terminaba por dar su opinión y seguramente la charla se ponía más que interesante. Esta vez la respuesta no fue la excepción.
- Y ni una puta lágrima.
- ¿Lágrima?
- Si, perdiste a la mina que habías elegido para vivir el resto de tu vida y no lloraste. Tuviste la borrachera de tu vida, pero no lloraste.
- No es algo de lo que me sienta orgulloso…
- ¿La borrachera o el que no hayas llorado? – Andy sonreía y Marco no pudo evitar sonreir también, pero luego Andy continuó en tono más serio – Ella no te merecía.
- Claro que si, me la merecía.
- ¿Cómo podrías merecerte a alguien tan frío Marco?, vos no sos así.
- Si que lo soy. Soy egoísta, egocéntrico, ambicioso y pedante.
- Así no es el Marco que yo conozco.
- Pero así soy.
- Así pretendés ser, que es distinto. Marco es diferente.
- ¿Y cómo soy?
- Un hombre atento, amable, dulce, cálido… Alguien que se mató hablando con uno y con otro hasta que averiguó hasta de dónde habían traído al Jacarandá, solamente para complacer mi curiosidad.
- Lo supiste. ¿Quién te dijo?
- Me enteré… - Andy sonreía con ternura… ¿la pálida luz del fin de la madrugada lo hacía verse más dulce aún? Los pensamientos de Marco se arremolinaban sin sentido en su cabeza, su corazón otra vez latía fuerte.
- Y vos ves todas esas cosas en mi…
- Si – Andy extendió su brazo y apoyó la mano en el hombro de Marco. Éste se estremeció.
- ¿Tenés frío?
- Un poco – mintió, porque su cuerpo estaba por demás de cálido… se sentía transpirar.
- Vení – le susurró Andy y deslizó su brazo por ambos hombros de Marco. Éste cuando estuvo más cerca, apoyó su cabeza en el hombro de Andy… allí percibió su respiración, ese perfume mezcla de mar, de lluvia, como si todos los estados del agua pudieran transmitirse con ese aroma… Y también sintió que como él, temblaba…
- ¿Vos también tenés frío? – le preguntó levantando un poco la cabeza y quedando sólo a un instante de su boca, sintió el calor de sus labios tan cerca que no supo si eran los de él mismo… y Andy lo besó. Y Marco se dejó besar, se dejó acariciar los labios por la boca de Andrés que lo exploró con los labios primero, con la lengua después. Tenía los ojos cerrados y en su cabeza sólo un pensamiento que puso en palabras apenas se separaron a retomar el aliento – Besame Andrés…
- Mark…
Marco nunca había sido besado, él había besado. Marco nunca había sido seducido con ternura, siempre había conducido a sus mujeres por los senderos que él quiso. Esta vez se dejó llevar por las caricias de Andy que lo recostaron en la arena ¿estaba fría? No lo sentía. Adoró las manos de su compañero acariciándole el pecho… Andy desabrochó su camisa ¿cuándo? Él no lo había notado… Y se contorsionó al sentir cómo Andy había abierto su pantalón y lo estaba acariciando sólo por placer, no para excitarlo, ya estaba excitado…
- ¿Sigo? – preguntó Andy.
- No sé… ¿debemos seguir?
- Podemos parar ahora. Y seguir en otro lugar, si querés seguir…
- Quiero… pero…
- No te sentís listo todavía…
- Creo que ya descubriste que estoy más que listo… - ambos rompieron a reír… - pero algo no cuadra.
- Si, yo también lo siento. ¿Volvemos?
- ¿A?
- Villa Bosch.
- Vamos.
Y emprendieron el regreso.
11 comentarios:
Genial Ana.
Me has tenido espectante para llegar aquí.
Mil abrazos desde el otro lado del mundo.
Buenísimo amiga, espectacular!!! me gusta mucho y como dije la historia promete ¿es faltaba algo? ¿algo no cuadraba?....pues si que tú sabes que era...el patio...el motivo que los unió ¿quizás?, que nos traes amiga....¿que?
TQM y felicitaciones!!!
Ro
Si.
No esperaba menos de tí.
¿Vamos a Villa Bosch? Venga.
Un beso enorme
ellos estaban temblando, yo también.
Cuando leía por alguna razón mis ojos se fueron empañando, tal vez reconociendo la dulzura de éstos dos que realmente viene de ti Ana.
Gracias Ana, decir que me ha gustado es decir poco.
Qué lindoooo... Gracias por imaginar el encuentro de Marco y Andy de esa manera, Hada amiga!
Tus palabras se volvieron imágenes nítidas en mi imaginación.
Beso con felicitado!
JfT
Mi Ana... te llevo impresa ( aparte de en el alma ) en unos folios para leerte en esta primera noche de trabajo, la entrada de hoy y el "Interludio" anterior, ¿vale?...
...pues bueno, me haras compañia un rato y luego te comentaré con todo mi cariño...
Querida amiga, te vas superando capitulo a capitulo, la historia "fluye" (como yo digo) con mucha más naturalidad, ya esta adquiriendo entidad propia y eso se nota al leerla, leyendo este último capítulo me quedé enganchado y he lamentado que se terminase "justo ahí"...
Sigue dejando crecer las palabras y los personajes dentro de ti, y luego traenos aquí los frutos.
Un beso.
Estupenda historia, promete. Lástima que nos dejases con el aliento cortado y la carne encendida sin acabar el momento tan dulce...
Esperaremos.
No nos hagas esperar mucho.. La historia es preciosa, y aqui me tienes.. a la espera de la siguiente entrega.. Eres genial, Ana!!
2besos
La vida es así, o así debería ser un fluir, y tu sabes como hacer que fluya, gracias.
Que a cada capítulo te superas Anita, muy bien. Ya sabía yo que ese par iban a terminar juntos y en verdad, me alegro mucho por ellos.
No demores la entrega, please.
Un beso
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