PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

Vienen desde el Sur, llegando tímidamente, esperando quedarse en vuestros corazones

Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

04 octubre, 2006

Sábado 4 de octubre de 1986

Mediodía. Calor. Mucho calor, el cielo nublado ayuda a que no nos estemos calcinando, pero ya todos vamos con los abrigos atados a la cintura.
Más o menos todos llevamos la misma vestimenta: jeans, remera, zapatillas y abrigo para la noche. De golpe siento un vuelco en el estómago… el miedo… “¿y si no quiero seguir y no sé cómo volver? Tendría que volverme ahora… todavía tengo tiempo…”
- ¿Están todos? – pregunta Jorge
- ¡Siiii!
- A ver si es cierto…- Y mira uno por uno a esos chicos que lo rodeamos. Nos enumera y nos sonríe…
“Aún puedo decirle a Jorge que no quiero ir, que me duele la panza, que…”
-Bueno… ¡VAMOS!-
El estómago me quema… pero no digo nada, me uno a Daniel y Adriana, mis compañeros de clase, por allá va Andrea, otra de mis compañeras, pero ella es buena caminando y pronto se separa de nosotros. Los tres nos llevamos bien y nos seguimos el paso… estamos de charla animada desde que nos encontramos en Liniers.
Hay tanta gente… Todos siguiendo el mismo camino.
Las grandes calles y avenidas que recorremos, esas que siempre van y vienen llenas de autos, camiones y colectivos, ahora las veo plenas de chicos y chicas, jóvenes que caminan hacia cumplir promesas, a agradecer, siguiendo a alguien…
“No vi a Martín… y el que sí estaba era Fernando… ves, yo sabía que iba a venir el hermano y que a él no lo iban a dejar venir”
-He, mirá a ese pibe - Adriana me saca de mis pensamientos...
-¿Cuál?
-Ese de allá –dice Daniel señalando a un muchacho que va unos 10 pasos adelante.
-Ay, pobre, se le va cayendo algo del bolso.
-¡He! ¡Pibe!
-Daniel, no! – pero mi amigo ni me escuchó gritándole al pobre…
-Vas perdiendo algo de tu bolso!
-UY! GRACIAS!
-¡De nada!¿Es del Pío? No lo conozco.
-Y… parece que va con nosotros, no se aleja del estandarte…
La conversación luego sigue otras direcciones, por turnos nos iremos contando de todo, ese día nos conoceremos mucho más.
Se hace una parada corta en Morón, más o menos un tercio de camino recorrido, vemos a gente que se cambia las medias (calcetines), otros que se tiran en el pasto, cansadísimos… muchos de ellos comenzaron la caminata unos kilómetros antes que nosotros, en el Barrio de Flores, donde oficialmente inicia la Peregrinación. Nuestro comienzo es pocos kilómetros después, no hay gran diferencia para la distancia total.
Continuamos la marcha. Me asombro de lo bien que lo llevo, conversando con mis amigos es más sencillo. Tengo esperanzas de llegar. No nos aburrimos mucho porque vamos variando entre charlas triviales, pensamientos profundos, cantamos, nos contamos historias…
Va llegando el atardecer, las nubes se mantuvieron firmes con nosotros y ahora comienza a estar más fresco.
Segunda parada: Moreno. Pararemos por una hora. Estamos bastante cansados, pero este rato detenidos es bueno, el grupo grande se va manteniendo, salvo aquellos que tienen más garra y siguieron solos, los otros estamos parejos.
20:00 Horas. Salida… Moreno está más o menos a mitad de camino de nuestra meta.
20:01 Horas. Primer trueno y la lluvia que se larga instantáneamente. No va a parar hasta el otro día…
A los pocos minutos estamos empapados. Pero seguimos. Como todos. Es divertido al principio, luego hace frío, no hay paraguas que se aguante el temporal, parece que nos cayera la lluvia a cántaros. Protegemos como podemos nuestras cosas: pongo mi bolsito al frente y lo cubro con mi ropa… Estamos hechos un desastre.
En la ruta, cuando ya no hay tantas poblaciones alrededor, se hace duro, hay silencio, de a ratos pasan camionetas de los organizadores, dando aliento, buscando a aquellos que no pueden seguir, instando a orar. Y si, a esa altura nuestras fuerzas lo necesitan y rezamos. Usamos de Santo Rosario las cuentas que llevamos por naturaleza: los dedos de las manos…
Transcurren tres horas. Estamos solos, hemos perdido el estandarte, no vemos a nadie conocido. No queda otra solución que seguir y buscarlos, tal vez esperarlos.
En una estación de servicio (gasolinera) lo divisamos. Está hecho jirones, pero nuestro compañero Mariano (Chicho para los amigos) lo agita buscando a los rezagados. Milagrosamente se reúne todo el grupo.
-Lleguemos hasta Rodríguez – dice Jorge – y ahí vemos qué hacemos.
General Rodríguez es el último pueblo antes de Luján, está a sólo 17 Km. de nuestro destino. Los más difíciles.
El grupo se anima cuando se une nuevamente. Hay unos 5 chicos delante nuestro que van tomados del brazo y siguiendo el ritmo. Uno de ellos, Marcelo, es mi compañero de clase. Pasa una camioneta, Marcelo nos mira, nos saluda a todos y corre la camioneta. Se trepa de polizón… luego nos contaría que la comodidad fue demasiada y ya no quiso seguir. Esa vez no llegó a Luján.
23:00 Hs. General Rodríguez. Conseguimos lugar en un galpón, buscamos abrigo, café, sentarnos, descansar y ver qué hacemos. Mis manos atesoran el vasito de café que me dan, mi cuerpo lo agradece. La revisión de daños es devastadora, estamos empapados, sucios, cansados, con la ropa pegada al cuerpo, un asco… Milagrosamente mi bolsito conservó secos mis documentos y el dinero…
Se larga otra vez una fuerte lluvia (como si no hubiera llovido bastante). Solidariamente todos nos apiñamos permitiendo el mayor ingreso de peregrinos.
En el tropel terminamos sentados en cualquier parte. En mi mesa quedo con gente del Pío XII, pero no de mi curso: Peppo (es el día de hoy que no sé cómo se llama ese chico… de hecho no sé si alguien lo sabe… ja ja ja!!!), a quien no conozco más que de nombre, pero resulta ser un chico de lo más ocurrente y divertido. También había a mi izquierda una chica que no logro recordar quién era. Y enfrente mío está un gordito que junto a Peppo, no dejan de hacernos reír y reír. Nos deleitan con ocurrencias, algunos chistes (bastante malos por cierto…), pero son divertidos… “Un momento… ¡es el chico al que se le iba cayendo el jugo!”
Yo no dejo de mirarlo. Me pregunto cómo se llamará, a qué curso irá. No lo conozco y tiene pinta de estar en 5to. año (el último), es increíble que hayamos estado en el mismo colegio tres años y nunca lo haya visto…
En mis cavilaciones no me dí cuenta que lo miraba con detenimiento mientras él dormía. De pronto abre los ojos y me descubre. Yo bajo la mirada. Siento los colores en mi cara. Me gusta.
Saca sus documentos y ve que se han estado mojando.
-Uy, no! Tengo que presentarlos en el Servicio Militar, me tienen que firmar la baja… si se me rompen no me van a querer firmar!
-Mi bolso está seco… si querés te los guardo.
-¿En serio?
-Si, fijate.
-No, está bien. Te los doy. Cuidámelos vos.
Cuando se distrae miro disimuladamente los documentos mientras los guardo… “Ariel, qué lindo nombre, no conocía ningún Ariel”
Se acerca la medianoche, si pretendemos continuar no podemos seguir esperando porque el cuerpo no resistirá tantos cambios de estado. Jorge se acerca mesa por mesa y nos pregunta.
No sé por qué lo hice, no sé cómo me animé… cuando vi que Jorge se acercaba, miré a Ariel y le dije:
-Si vos seguís, yo sigo Ariel.
Él me miró extrañado… no entendía cómo sabía su nombre, pero tras unos segundos de duda, se tomó un pie y comenzó a hacerse masajes en las planta…
-Seguimos- le dijo a Jorge.
-¿Están seguros? Esta será la parte más difícil...
-Creo que vale la pena- dijo Ariel. Yo miré a Jorge y secundé a Ariel asintiendo.
-Bueno, si están seguros, cuento con ustedes. Salimos a la medianoche.
No recuerdo si hablamos más… lo siguiente que recuerdo es estar saliendo del lugar a la izquierda de ese gordito simpático que recién conocía, pero que… quería conocer más.
Y nos unimos a la gente que continuaba la marcha.

Los veo mañana...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, por tener estas lágrimas en los ojos...
Me emocionaste y me hiciste sentir el aroma de la lluvia que nos envolvia y nos traspasaba de frio...
Pasaran 20 años esta noche, pero lo siento como si fuera hoy mismo...
Seré paciente...esperaré...

Dalia dijo...

Que belleza Ana, estoy muy agradecida de que compartas esta hermosa historia con nosotros.

Un abrazo Ariel, un placer conocer a quien inspiró esta historia.

Anónimo dijo...

Estoy tan sensible...que no puedo evitar que se me caiga una lagrima al leer......
Te quiero mucho.
Roberto

Anónimo dijo...

Esta cancion te la dedico en este dia...

Canción: Amarte así

Amarte así
Es vivir un sueño eterno junto a tí
Es confiarle al universo
Este milagro de sentir
Amarte así


Amarte así
Entregándome al destino que elegí
Y que estés en mi camino
Y yo en el tuyo y compartir
Amarte así

Así, hasta morir
Hasta el fondo de mi alma amarte así
Así, hasta morir
Ni la eternidad me alcanza
Para agradecer que hoy puedo amarte así

Amarte así
Es sentir que el infinito late en mí
Y es testigo de este inmenso amor
Que hoy siento para ti
Amarte así

Así, hasta morir
Hasta el fin de la esperanza amarte así
Así, hasta morir
Ni la eternidad me alcanza
Para agradecer que hoy puedo amarte

Hasta fundirme en este amor
Hasta llenarte el corazón
Y amarte así
Y amarte así y amarte así …

Tome palabras de Ale Lerner.

Te amo

Anónimo dijo...

Ya me hicieron llorar los dos, nunca sabía realmente como se conocieron.....los quiero y ambos saben que son fuente de mi inspiración, cuando siento que las fuerzas fallecen y me voy a dejar en las oscuras aguas de la soledad eterna, entonces, ahi estan ambos, sonriendo y dandome aliento, haciendome sentir que todavía pueden existir seres que se amen, no importando por todo lo que tengan que pasar ni que tiempos transcurran, su amor sigue en un espacio sin horas ni minutos....
Bueno quiero leer el resto, asi que amiga.....mas....
Besos a ambos.

Ro

pon dijo...

Me siento en un banco de madera, mientras os veo pasar a través de los años y las horas. Cómo me gusta esto.

un-angel dijo...

...uff, que emocionante aventura y cuanto amor y cuantos sentimientos tanto en el texto como en los comentarios... un abrazo a los dos, paso al siguiente capítulo...

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