A lo largo de mis días me he encontrado vivenciando hechos únicos, irrepetibles e inolvidables, tal vez por la magnitud de su singularidad o por la sencillez de su razón de ser.
Por supuesto que he conocido seres únicos que se me quedaron prendados en los latidos de mi corazón por una razón u otra, de una u otra forma, pero ahí están y ya no se irán. Desde el amor o desde el desamor, desde la esperanza de continuar o desde la desesperación para que desaparezcan, desde la ilusión de que nunca se vayan, de que nunca termine, de que siempre siga o que de una vez por todas yo pueda olvidar…
Podría citar miles de instantes que me conmovieron el alma, que me dejaron huellas, que moldearon mi Ser, que me dieron ilusiones o me hicieron perderlas… Porque los momentos únicos también pueden ser amargos y el recordarlos sólo es parte del proceso de saber dónde pisar la próxima vez que nos enfrentemos a eso.
Lo único es irrepetible, es un cristal que puede romperse, debe cuidarse su recuerdo, protegerlo del paso del tiempo, de que lo empañe otro hecho posterior; y si eso sucede, entonces habrá que pulirlo para que regrese su brillo y vuelva a ser único.
Para mí algo es único cuando siento que se escurre de mis dedos el tiempo para vivirlo, que acaba demasiado pronto, que ya terminó y quería que continuara… cuando el corazón se me acelera al recordarlo, cuando cierro los ojos y veo ese instante y sonrío y/o quizás lloro…
Y sigo sin citar los únicos que me han hecho tanto bien y tanto mal, los únicos que se fueron y que ya no volverán, los únicos que extraño, los únicos que no son pero sí están, los únicos que me rondan y me abrazan, los únicos que no pierdo, los únicos que no encuentro pero que una vez tuve, lo único que deseo alcanzar...
Un beso puede ser único desde el instante que lo pedimos; un sueño comienza a ser único cuando pudimos recordarlo al abrir los ojos; una voz puede ser única cuando no tiene otro marco en nuestra imaginación que la voz misma; una sonrisa es única cuando se nos brinda como consuelo a nuestros ojos llenos de lágrimas. Una flor puede ser única por ser la primera; una mirada puede ser única por ser la última… Una caricia se transforma en única cuando la sentimos y ni siquiera nos han tocado… Un Sentimiento es único cuando halla las respuestas en sí mismo y se siente de forma única... Un abrazo cálido en la frialdad del desconsuelo es único cuando nos enmienda el alma. El Amor es único cuando es la respuesta a la vida que nos queda.
Y estas palabras enlazadas son únicas, este callado escrito que homenajea Amor y amores, recuerdos, amigos, sueños por cumplir, deseos alcanzados, sorpresas inolvidables, besos, abrazos eternos, sonidos agradables que llegan en el momento justo, en el instante indicado a través del universo. Todo, todo lo que en mi vida ha sido, es y será único para mis ojos, mi corazón, mi alma y mis sentimientos.