PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

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Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

18 diciembre, 2007

Zapatos para la acción

Mi rutina ha cambiado, tuve que adaptar mis zapatos azules para un nuevo despertar y un nuevo accionar: han llegado las vacaciones escolares de veramo. Ya no tengo que levantarme entre las 6:15 y 6:30 para alistar todo y así, cuando pasa el bus escolar a las 7:15 mi Gringa está lista, esperando.

Puedo levantarme más tarde.


Pero también ahora tengo la mañana más corta pues a las 9:50 debo llevarla a la Colonia de Vacaciones donde tiene pileta, juegos y nuevos amigos... ayer fue su primer día y volvió además de bronceada, muy contenta!


En fin, mis zapatos azules ayer estuvieron por demás fuera de rutina, pero adaptándose, claro. La llevé al Club Rotonda (en honor a la localidad de Rotonda, Italia) y luego de dejarla con los profesores y sus compañeros me dispuse a pagar la cuota y el comedor... ¡tardé una hora y veinte minutos en hacer todo! al rayo del sol de un casi verano hasta que por fin terminé con todo y salí volando para el centro. Como ya llegaba tarde, decidí llegar tarde del todo y fui a hacer un trámite para mi oficina en el Boletín Oficial. Creo que allí me calcé las botas de montar púrpura ¿o... sencillamente fueron los zapatos marrones? No sé, sea el zapato que sea, fuí corriendo ja ja ja!


Llegué a la estación y recién se me había ido el tren... pero manteniendo mi decisión de permanecer con pensamiento positivo, me senté a esperar y me entretuve haciendo cuentas y registrando gastos... algo así como que usé mis zapatos grises deportivos e investigué minuciosamente ¡cómo carajos se me ha ido todo el dinero!


Vino el tren y volví a mis zapatos azules, mis queridos y rutinarios zapatos azules: subí en la misma puerta que lo hago a diario y me ubiqué en el mismo lugar, en las puertas que se mantienen cerradas durante el trayecto. Tomé mi celular y me atonté en el mundo de los jueguitos.


Cuando al viaje ya le faltaba poco para terminarse, escuché una voz elevándose por sobre las demás "¿HAY UN MEDICO EN EL VAGÓN?" "¿UN ENFERMERO, ALGUIEN QUE SEPA DE PRIMEROS AUXILIOS?"... Quisiera decir que me calcé las botas de lluvia color naranja y que me acerqué y dí indicaciones de lo que tenía que hacer cada uno. Pero no lo hice. Miré a lo lejos la situación e hice lo único que debía hacer: nada, porque no era médico, ni enfermero y no sé de primeros auxilios más que limpiar una herida, leve por supuesto. Así que NO ESTORBÉ a los que SÍ PODIAN HACER ALGO y seguí en mi lugar. Tampoco quise mirar... es que... ¿cómo me sentiría yo de ser la que estaba en problemas? ¿me gustaría estar sintiéndome para la mierda y encima soportar que 50 personas me estuvieran mirando? No fui ni miré. Pero escuché atenta y observé a las Botas de Lluvia de color Naranja en acción. Era una mujer. La que primero habló. Se mantuvo al lado del muchacho que por lo que vi luego no tenía más que 30 años. Ella le hizo excelentes preguntas tales como si era diabético, si solía tener baja presión. Cuando llegamos a la siguiente estación hubo quien propuso bajarlo del tren... "maldito, lo único que piensa es en que el tren continúe y al pibe dejarlo para que lo busque una ambulancia, cuando sea". Pero la mujer dijo que no, que deberíamos continuar hasta Lacroze y que avisando en ese momento ya lo estaría esperando el personal preparado al llegar.


Vino el guarda del tren y accionó con sus botas de montar púrpura, tomó el mando y dijo muy fuerte "VAMOS A IR DIRECTO A LACROZE"... bien, él tomó la decisión y lo hizo más allá de lo que deseara o de lo que se esperaba. Porque generalmente se detiene la formación y se espera que llegue la ambulancia a la estación. Él decidió algo nuevo y contundente.


Tardamos un par de minutos en salir, supongo que habrá dado aviso a los demás vagones de la situación para que se bajen todos los que no iban a la terminal de trenes, volvió y, como nunca antes, sentí al Ferrocarril Urquiza corriendo por las vías hasta Federico Lacroze. El Motorman supongo que dentro de todo habrá disfrutado de poder correr una vez como le gustaría hacerlo siempre. Pitando y a alta velocidad. Fue impresionante.



Mientras tanto escuché decir que al muchacho le dolía el brazo. "hummm" pensé "¿será el corazón?" Espié levemente y lo vi pálido... pero lo que más me impactó fue ver a la mujer que estaba parada junto a él y tenía sus manos sobre el pecho del muchacho... volví mi mirada hacia el cielo que corría a alta velocidad y sentí que esa mujer intentaba conectarse directamente con el corazón del chico... quizás intentando decirle "no te pares"... no sé.


Llegamos y mi cabeza comenzó a trabajar en este post, porque más allá de representaciones y ejemplos, entendí perfectamente la idea de calzarse distintos zapatos para la acción. Probablemente esa mujer nunca se calce botas de lluvia color naranja, probablemente sólo use zapatos marrones de trabajo o zapatos azules de acciones rutinarias, quizás todo el tiempo use las botas de montar púrpura y esté al mando de un grupo de trabajo... quizás use pantuflas rosa y escuche a muchas personas con problemas o sencillamente use zapatos deportivos grises y se dedique a la investigación... pero fue necesario accionar de esa forma y lo hizo.


¿Qué hubiera hecho yo de estar al lado de ese hombre? Quiero creer que lo mismo. Me gustaría que sí. No deseo estar en una situación como esa, pero si me toca... oh, espero tener la fuerza de calzarme las botas y saber hacer lo que debo hacer.


Seis pares de zapatos para la acción - Edward De Bono

5 comentarios:

Arquitecturibe dijo...

lindo post...
lindos zapatos azules...
Sabes... compre unos, cafés, para estrenar en navidad.... nadie me los regaló, hace mucho tiempo que nadie me regala nada.
Esta navidad pediré a la "fuerza" que me de una persona que me regale cositas, pequeñas, pero con amor.... que me regale un nuevo pensar y mejore mi escribir... pero sobre todo, le pediré nuevos amigos, muchos amigos que me recuerden y le pediré que mis viejos amigos no me olviden... entre ellos un Hada Argentina, que nunca regresó por mi lejana galaxia...
un besito y felices fiestas

Dalia dijo...

ay este es largo y no me dara tiempo de leerlo, pero creeme, lo copio y lo llevo a casa

George Hazard dijo...

Claro que tendrías la fuerza, Ana, de eso no me cabe duda.
Fantástica lñ selección de los zapatos.
¡Cuáles te pondrás en Navidad?
Besos!

Tanhäuser dijo...

Bonita reflexión.
Vas a parecer Imelda Marcos, jejeje.
Besos

ELECTROCHONGO dijo...

al principio me costó entender qué querías decir con los zapatos, pero al final entendí perfectamente

lo importante es ser oportunos, no calzarnos el zapato equivocado

saludos

Un Hada Azul

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Mensajera bailarina de la luna... con alas azules

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