PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

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Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

09 febrero, 2007

Buenos Días ¿en qué puedo ayudarlo?




Por ser la época de vacaciones y faltar personal, me ha tocado hacer la guardia de recepción en el edificio donde trabajo.


Desde allí me dedico 3 horas diarias a derivar a los visitantes a las diferentes áreas. En estos 5 días de trabajo, de 9 a 12 Hs. he atendido cerca de 250 personas. En algunos casos es simplemente preguntar el apellido, anotarlos y/o luego entregarles un número para que sean atendidos, en otros casos simplemente digo "si" autorizando que vayan a otros pisos.


Y están esos casos que te dejan algún sabor, a veces amargo, a veces dulce... Amargo cuando ya viene la gente mal y me "ladra" como si fuera mia la culpa de que hace calor, que vive lejos y que tiene que desplazarse hasta aquí para que le autoricen un estudio médico... O que quizás tengo algo que ver con la decadencia de los servicios, que se hayan privatizado todos los ferrocarriles y que hayamos tenido que cerrar 80 hospitales y centros asistenciales ferroviarios que teníamos en todo el país...


Aún así, también están las personas que agradecen que se persista haciendo el esfuerzo de continuar atendiendo...


Pero de lo que quiero hablar es de dos casos que me emocionaron por diferentes razones:


El primer día, mediando la mañana, llegó un muchacho de unos 27 años, de modos amables y cálidos que me explicó que era HIV + y que necesitaba encontrar un nuevo médico porque le cambiaron los horarios de trabajo y entonces... en fin, a lo que voy es que al atenderlo, al sonreirle cuando lo atendí me sentí verdaderamente útil, estaba ayudando "de verdad" "en concreto" a alguien... quizás incluso para que siga viviendo... un poco más. Si, ya sé que simplemente lo anoté para que lo informaran en "Atención al Usuario", pero fui un granito de arena para que su vida continúe... uno muy pequeñito... pero a la vez necesario.


Y el otro caso fue el Sr. Trobbiani (con dos "b" como me aclaró) un hombre encantador, con 80 años ya cumplidos, un aportante de esta Obra Social por 48 años, casado hace 56 años (¡y aún juntos!). Me contó cómo vino de su Alcorta natal (provincia de Santa Fe), cuál fue su primer trabajo y cómo ese primer trabajo lo llevó a su primer puesto en el Ferrocarril... me contó cómo fue recibir, "allá por 1973" los coches en los que hoy viajo yo (foto de la izquierda)... y los ojos se le empañaron al recordar cuando vio el mural en la estación Federico Lacroze que muestra sobre el tren un gran farol que él hizo con sus manos... (foto que encabeza este texto)

Lamenté no tener mi grabadora a mano para guardar su relato... desgraciadamente la gente no dejó de venir... y sólo tuve esa pausa que me dejó escucharlo... hasta que finalmente me extendió la mano añeja y cálida diciendo "otro día vengo y le cuento el resto m´hija"... no le dije que la próxima vez es poco probable que me encuentre allí, tal vez porque no quiero perder la esperanza de volver a escucharlo, de estar preparada...

Y ahí se fue, con sus pasos cansados hacia Pablo Podestá, un pueblo contiguo a Villa Bosch... entonces pensé "un trozo de historia, tan cerca de casa"...

¿Acaso encontré un personaje? Mi cabeza tejió un montón de comienzos...

"Con ojos pequeños por el paso de los años, con su metro ochenta un poco encorvado, Trobbiani se sentó en la sala de espera y uno a uno los recuerdos se deslizaron de su memoria a la mía en un relato tranquilo y ameno..."

Podría ser un buen comienzo...

4 comentarios:

pon dijo...

Bueno bueno buenoooooo.....
yo me siento en la butaca, dejo solo una lámpara encendida, recojo las piernas, un cojín sobre ellas, un té......y abro el libro.

pon dijo...

Por cierto, tu butaca está al lado de la mía para cuando vienes.
Besitos.

un-angel dijo...

"¿en que puede ayudarme?... mmmm, no lo sé, señorita, pero solo con esa hermosa sonrisa ya me ha alegrado el día..."
...

Dalia dijo...

amiga, si todos trataramos con el mismo respeto y cariño a los señores de edad, qué cosas buenas no aprenderíamos...

Te entiendo cuando dices que es unt trabajo que te tocó por que necesitaban tu ayuda en ese momento, a mi me sucedió algo igual hace años y al principio lo hice a regañadientes y muy molesta porque me sacaron de mi trabajo habitual.

Luego estaba encantada por que me tocó atender gente muy linda, agradecida y dispuesta a aprender, también del tipo necio, de todo hay, pero fue gratificante y sentí que puse un granito de arena en su triunfo.

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