PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

Vienen desde el Sur, llegando tímidamente, esperando quedarse en vuestros corazones

Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

02 noviembre, 2006

Perfecto... ¿Perfecto?

(Imagen: K.F.Hubbard, Jacarandá)

Marco cuelga el teléfono. Está en una gran oficina y se escucha gente hablando en una habitación contigua. Se queda mirando por el ventanal con una gran sonrisa. Abre la puerta y las conversaciones callan, expectantes y clavándose todos los ojos en él.
-¿Y?- dice alguien por atrás.
-¡Ganamos!- responde y todos se arremolinan a su alrededor. Palmean su espalda y sonríen. Alguien descorcha una botella y lo llevan hacia uno de los escritorios, donde hay más botellas y copas.
Al rato del festejo un hombre mayor, el Dr. Julio Maldonado (dueño del estudio jurídico), toma a Marco de los hombros y lo saca del centro de atención. Van a la gran oficina. Maldonado se sienta en su sillón, Marco del otro lado del escritorio.
-Ganó Dr. Schiwing. Contra todo pronóstico por cierto… me ha sorprendido y mucho. ¿Cuántos va ganando?
-Seis.
-Y todos con buenos honorarios… espero que esté ahorrando ese dinero… creo que tal vez pronto voy a tener que considerarlo para asociarlo a este estudio jurídico… ¿estaría interesado?
-Nunca lo pensé – miente sin mucho disimulo - pero si usted dice que lo tome en consideración…
-Hágalo… salvo que planee tener pronto su estudio y ser la competencia…- Maldonado ríe sin sinceridad, Marco no se le queda atrás…
El mensaje fue claro: el viejo prefiere a un abogado de esa traza de su lado... Marco es de los que tienen "el don", "la ley en la sangre"... Muchas veces escuchó a sus profesores decir "Schwing, usted nació abogado" El dueño del estudio lo sabe y lo siente... no puede permitirse que el chico se le vaya... al menos no todavía. Marco lo sabe y sabe que el viejo sabe.
Tras apurar la copa, se despide del Jefe, toma su saco, el maletín y sale por otra puerta, sin pasar por la reunión, tiene un compromiso.
En su auto, se afloja un poco la corbata, el mediodía está caluroso, la primavera está pegando en Buenos Aires. Pone la radio y está sonando "When I needed you" de Erasure. Se sonríe, canción vieja que sonaba en su adolescencia. Canturrea el estribillo:
"...Where (Where)Where were you
When I needed you most
When I needed a friend
Where (Where)Where were you
When I needed you most
When I needed a friend..."
Pronto toma la autopista hacia los suburbios de la ciudad. Sabe el camino, no es su primera vez, ha buscado la zona perfecta por muchos meses. Villa Bosch, una pequeña población que lo tiene todo para alguien que desea tranquilidad ante todo. El lugar perfecto para vivir una vida perfecta, junto a una mujer perfecta… Bea. Ella es la ideal: es bonita, profesional, buena arquitecta, es de buena familia, sin escándalos, 25 años, él 27… pronto podrán tener hijos y realmente todo será perfecto. El sólo pensamiento de ese futuro matemáticamente ideal lo hace sentirse orgulloso de estar en él. De haberla encontrado, de sentirse cómodo con ella, que el sexo funcione... en fin, de que todo vaya sobre rieles. Ahora el momento más esperado, cuando finalmente tenga la casa y pueda hablarle de matrimonio… ahora tiene todo para ofrecerle una vida ideal.
"¿Y si no le gusta Villa Bosch?" piensa, pero espanta esa idea como si fuera una mosca. Eso sería imposible, Villa Bosch es ideal para lo que es una vida perfecta. Él se ha tomado el trabajo de ir a diferentes horarios, recorriendo sus calles y no ha encontrado momento en el que la gente no sea amable, donde los chicos no tengan momentos sanos… Ella no tendrá inconveniente en cambiar "el centro" por los suburbios. Él la conoce.
En esas cavilaciones andaba cuando repara que ya está frente a la casa. Un chalet al que le falta poco trabajo, jardín al frente, patio trasero con gran parque, tres habitaciones, un comedor, una sala de estar, dos baños, la gran cocina… "Oh, a Bea le encantará cocinar aquí" sonríe con ese pensamiento y por la puerta aparece la gente de la inmobiliaria. En el interior llevan a cabo la operación, Marco entrega su cheque al hasta entonces dueño, le entregan a él las llaves, firman los papeles… todo ha salido perfecto. ¡Y a horario! Ha citado a Bea y a los padres de ambos para las 18:30 Hs., le queda un rato para enfriar el champagne y acomodar un poco el lugar… A esa hora aún quedará un poco de luz para que vean los fondos, ese árbol hermoso que ahora se está tiñendo de violeta… se olvidó una vez más de preguntar de qué árbol se trata…
-Bueno, ya lo sabré-
Puntualmente llega Bea quien se sorprende de ver el coche de sus padres en el mismo lugar. Los padres le cuentan que Marco los citó allí y que sólo les dijo que tenía una sorpresa para todos. Al instante llega otro auto. Los padres de Marco. Bea los conoce por fotos... La situación es bastante extraña…
Salvando el momento sale Marco y los hace pasar. Bea lo fulmina con la mirada, Marco le sonríe feliz… Ella no cambia el semblante. Ambos hacen las presentaciones. Marco toma de la cintura a Bea, ella a él... Marco da un respingo. Bea lo ha pellizcado con disimulo. Bea hace el esfuerzo por sonreír.
Marco les muestra la casa, él no deja de observar sus expresiones... especialmente las de la chica.
Te gustaría cocinar en una cocina así hija..?- le dice la madre a Bea...
Mamá, sabés que no me gusta cocinar. – dice terminante.
Marco la mira con asombro.
Me parece que yo no sabía eso.
Y me parece que es importante que lo sepas antes de que pienses enseriar las cosas Marcos – le replica el padre de Bea y se ríe.
Los papás de Marco se miran y corrigen – Es "Marco", no "Marcos". Sin "s". – Luego sólo sigue hablando el padre – Y creo que las cosas ya se pusieron serias... Hijo ¿compraste esta estupenda casa?
Marco ve que la expresión de Bea se hace más dura aún. Va a decir que sí, pero se calla. Sus padres lo felicitan, los de Bea encaran a su hija – No nos dijiste que pensaban en casarse-
No pensamos – dijo la chica.
Yo pienso – la encara Marco
Yo no, Marco, tengo mucho que hacer todavía.
Pero...
No es el momento Marco.
Es el momento, porque... estoy por pedirte matrimonio Beatriz.
Bea queda rígida. Los cuatro padres se alejan de los jóvenes y van hacia el frente de la casa. No podrán evitar escuchar.
¿Casarnos Marco? ¿Vos estás loco?
Bea ¿no estás enamorada de mi?
Pero cómo voy a estarlo de alguien a quien no conozco ni me conoce...
Yo te conozco.
Claro, si... ¡Ni siquiera sabés si me gusta cocinar!
Yo supuse...
Marco, mirá todo está bien entre nosotros, me gustan nuestras salidas... pero... ¿casamiento? Hace un año que salimos, ni siquiera hemos compartido un fin de semana juntos, sólo salidas de ratos... no sabés cómo soy al levantarme, ni cómo dejo la cama, ni cómo me gustan las tostadas... Marco... lo lamento... si esto es lo que querés... no puedo seguirte.
Bea, no entiendo... ¿no estás enamorada de mi?
No se Marco... la paso bien... pero... creo que hay mucho de vos que no se... a lo mejor hasta no sé más cosas tuyas que vos cosas mías... ¡Marco acabo de conocer a tus padres y vos a los míos! ¿Eso no te dice nada? Yo ni imaginaba que habías pensado en casarte...
Marco no responde... su mirada se pierde en el patio. Bea se atraviesa y lo enfrenta... él no la mira. De su mano derecha cae una cajita forrada en terciopelo... un par de anillos se salen de su estuche... Bea los mira rodar...
Perdoname Marco, deberíamos haber hablado antes de todo esto... no pensé... Perdoname.
Marco se va. Cruza a los padres, sale de la casa, va hacia su auto parado en la acera... mete la mano en el bolsillo buscando las llaves. Encuentra las de la casa. Las revolea hacia la entrada, finalmente sube a su coche y se va.
Anda sin rumbo. En silencio. Por momentos su cara se endurece, en otros cierra con fuerza los ojos... se estaciona frente a un bar de mala muerte. Baja y entra.
Beberá toda la noche.


Y así comienza esta historia... hasta pronto!

14 comentarios:

Rosa dijo...

Que bueno que empiezes un relato, y esta interesante.
Parece que el amor de Bea no era tan grande como Marco se imaginaba; y con lo bonita que estaba la casa. Pero no se pueden alimentar ilusiones sin saber qué terreno se pisa.
Marco, por favor, toma las cosas con calma, reconoce que te precipitaste; agarraste a la pobre Bea por sorpresa. Y no bebas chico, en el fondo de un vaso no hay consuelo alguno.

Ana dijo...

Pero bueno... ¿Cómo que la pasa bien?
A ver como sigue la historia Anita.
Tengo ganas de saber qué de bueno le espera a Marco.
Un beso.

un-angel dijo...

...tenía muchisimas ganas de empezar a leer esta historia porque se las ganas que le has puesto, y vaya, me has dejado a la expectativa... pobre muchacho... ¿o es un "acelerao"y dio por sentadas muchas cosas?...
Me ha gustado ese momento de la conversación entre los dos con los padres delante porque todos podemos hacernos muy bien idea de como se siente el protagonista en esos momentos.
Ahora...veremos...
Un beso y adelante.

Dalia dijo...

muy bien Anita!!!! me encanta tanto leerte!!

espero con impaciencia la continuación.

Anónimo dijo...

Hey, Ana, qué bueno encontrar un relato tuyo!
Pobre Marco, cuán dura puede llegar a resultar una desilusión, a veces hasta determinar mucho de nuestra vida si no sabemos manejar sus efectos...
Ojalá aprenda mucho de esa situación.
Aquí estamos, leyéndote.
JfT

hermes dijo...

Hay hombres desgraciados y eso que dicen que todas las mujeres no piensan más que en casarse, pobre Marco, espero que se le arreglen las cosas, no están las cosas como para perder el tiempo.

Bravo, Ana, la cosa promete.

Anónimo dijo...

Pues amiga ¡que hombre atolondrado! ni ha pensado lo que hizo!! por el otro lado....pufff!!! que golpe se ha dado, pobrecito...en fin...va a aprender que en la vida no todo tiene que ser tan estructurado, además de tener que contar con la opinión del otro (si es una pareja, es asi), en fin vaya historia, que me ha encantado!!! y como siempre espero mucho mas
TQM y besos

Ro

Anónimo dijo...

Vengo directamente del blog de un-angel, menudo terremoto me encuentro aquí, a esto yo llamo un principio trepidante.

pon dijo...

Si es que no se pueden dar las cosas por sentadas...buena lección para Marco, pero la chica, ¿sabrá que puede perder a un hombre que la quiere tanto?. Un poco atolondrado, pero eso nos pasa a todos cuando nos enamoramos.
A ver que pasa.

Anónimo dijo...

Vamos, Ana, querida, continúa con el relato que me tienes en ascuas y ya estas tardando...
1besote

Jose M. Zendoia dijo...

¿Pobre Marco, oigo por aquí?
A este chico se le ven demasiadas ganas de decidir él solito su futuro y el de los demás. ¿Tendría también decidido el nombre de su primogénito?

Anónimo dijo...

Me has asombrado, ya que habia leido una parte y no todo el capitulo de hoy...
Mi primera impresión es que Marco quiso cumplir pasos, que él se habia establecido de su vida, cuando quizas termino la secundaria, es decir, estudio, me recibo, entro en un trabajo, me consolido en el mismo, consigo una linda mujer y me caso...
Pienso, que un poco egoista de su parte...
Por otro lado, podriamos pensar que la mala es ella y me parece que no fue asi...

Anónimo dijo...

Que bonito. Menuda forma interesante de empezar el relato. Me tienes en ascuas, amiga.
Un besote.

Anónimo dijo...

Sí, no podría ser más intrigante el corte. Es como aquel viejo romance que termina "Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va", y uno se quedaba deseando saber más. Por favorrr, despejanos pronto la incógnitaaaa!!!

Daniel

Un Hada Azul

"Gossamer Moondancer"
Mensajera bailarina de la luna... con alas azules

Al Otro Lado del Río...

Al Otro Lado del Río...
Río de La Plata desde Montevideo

El Sauce en el Río Color de León

El Sauce en el Río Color de León
Delta de "El Tigre" - 10/03/2007

Gracias por tu visita