PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

Vienen desde el Sur, llegando tímidamente, esperando quedarse en vuestros corazones

Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

23 junio, 2006

Recuerdo de una noche de verano

Como una tibia y dulce Navidad,
como un rayo de sol en pleno invierno,
como las montañas,
como el viento norte,
como el agua dulce de un pequeño río...
Así, está en mi corazón.

Como las mañanas azules del campo,
como los almendros en plena primavera,
como las canciones,
como el olor a lluvia,
como el perfume de las noches de enero...
Así, está en mi corazón.

Como las tormentas,
como la poesía
como el tierno tronco de un árbol que crece...
Así, está en mi corazón.

"Así está en mi corazón"
Raul Porchetto, cantautor argentino


Fue una noche de ensueño… con el paso de los años, llegue a dudar si todo no fue un juego de mi imaginación, si de tanto desear ese momento, se deslizó en mis recuerdos como algo real… y en ese caso, las prendas que aún atesoro, serían sólo objetos seleccionados por un capricho de la mente febril de una adolescente enamorada… Pero fue real. Tuvo que haberlo sido. Así lo siento.

Yo lo amé desde el primer instante que escuché a su madre llamarlo por la ventana. Él era un niño y yo más niña aún. Pero no tuve dudas cuando mi corazón latió muy fuerte apenas él cruzó la puerta, dispuesto para entretenerme jugando y haciendo la tarea, mientras nuestras madres se reunían en liturgia.

Esperaba los martes como el campo espera la lluvia en sequía: ese tiempo compartido, esas veladas entretenidas entre juegos, cuadernos, charlas y chistes era lo que más esperaba en la semana. Ya no eran importantes los domingos, salvo porque en dos días volvería a verlo…

Así transcurrieron los meses finales del año ´80, llegó ese verano hermoso que usé soleros, sólo para él, que me puse celosa cuando otra niña se unió al grupo, cuando delineé mis primeras palabras hablando de amor… Hasta encontré una canción que siempre será para mi “la nuestra”… fue un mágico tiempo que duró muy poco, como el verano mismo, pero que en sentimientos fue tan intenso que valió casi como una vida entera.

Cuando recomenzó la escuela yo volví enamorada y me animé a escribirle cartas de amor… cartas que él nunca contestó… pero hubo un día… en un recreo que nos miramos durante los quince minutos que duró. Sólo eso, nos miramos. Y aún no lo olvido. Veo su imagen debajo de aquel tinglado, con pantalones oscuros y su guardapolvos blanco, las manos en los bolsillos, habiendo recibido una carta mía segundos antes. Mirándome a mí, que desde el otro extremo del patio escolar, temblaba emocionada, enamorada, apasionada por mi primer verdadero amor.

Y mi corazón sufrió la tragedia: del campo viajé a la ciudad y nunca más volví a vivir en nuestro pueblo. En el tiempo seguí sabiendo de él porque mi mensajera de aquellas cartas de amor (mi mejor amiga) siempre me enviaba las noticias que tenía: “está estudiando pupilo en el colegio …”, “lo vi en el pueblo”, “lo crucé en un baile”, “sale con una chica”, “me pidió que le escribas a la escuela”…

Finalizaba 1984, le escribí. ¡Y él respondió!, el último día de clases, en casa encontré la primer carta de mi amado, mi primer amor. Nos enviamos correspondencia durante todo 1985, luego él abandonó esa escuela y continuó sus estudios en otra común, con chicos y chicas… y perdimos contacto, algo cambió… Así es la memoria, me olvidé cómo fue, ya no recuerdo cuál fue el instante, cómo se diluyó ese correo… pero puedo asegurar que no se disipó mi amor.

Y llegamos a esa noche. 1986 recién estrenado. Esa mágica noche.

Volví al pueblo, fui por vacaciones de verano a quedarme con una familia amiga. Deseaba volver, deseaba verlo. Era la primera vez que regresaba, la primer oportunidad luego de casi cinco años...

Recuerdo que almorcé en su casa, muy correcta, muy educada, hablando con su mamá, dando noticias de la mía. Pero yo estaba allí por él, que tenía ya esa voz grave, esa voz profunda que hacía mi corazón latir fuerte y difícil disimular mi emoción.

Otro bache en los recuerdos… no se cómo, pero él me invitó a salir. ¿O habré sido yo la que le pedí encontrarnos? No lo se. Probablemente sea esto último y por eso “elegí” olvidarme…

Y me vestí como si aquella noche hubiera transcurrido 30 años antes: una pollera blanca acampanada, zapatos blancos muy bajos, una blusa rosa de manguitas japonesas y botones nacarados, un collar de perlas rosa, un par de aros también rosa y mi cabello recogido en una cola de caballo…

Él pasó por mí, caminamos, yo temblaba… ¿qué iba a decirle? ¿Qué me diría él? Fuimos a un baile, no había lugar, todo estaba reservado, así que seguimos caminando por el pueblo. Por un rato estuvimos con su hermano y la novia que nos llevaron a pasear en su coche y finalmente nos dejaron solos… No había nadie en la calle, los que usualmente salían estaban en el baile, el resto estaba durmiendo. Y sólo se escuchaban nuestros pasos en las veredas.

Descubrí que fumaba, no lo sabía… tenía un jean azul, zapatillas y una remera blanca pegada al cuerpo… llevaba sus cigarrillos de cajetilla amarilla en la manga de la remera. Me parecía adorable.

Nos sentamos en un tapial bajo, frente a una hermosa casa con un gran jardín. Uno al lado del otro, él a mi derecha. La noche, cálida y estrellada. De pronto se levanta y roba de ese jardín tres rosas amarillas delicadamente perfumadas… Y hablamos de muchas cosas, de los sueños, de los proyectos, de lo que nunca podría ser… lo nuestro.

Me animé a hacerle un pedido, un deseo a las estrellas. Un beso. Recuerdo su mirada, larga, detenida en el tiempo, un instante que duró tal vez sólo un par de segundos, pero que para mi no tenía fin al encontrarme con su profundidad, sus oscuros ojos mirando los míos. Y me besó. Me sentí desmayar en sus brazos cuando sostuvo mi espalda para besarme. Recuerdo el sabor del tabaco, la textura de su boca, la suavidad del contacto, la firmeza de sus brazos al tenerme… Permanecimos así, no recuerdo cuánto. Tampoco tengo memoria de sonidos, ni brisas, ni otros aromas, sólo todos mis sentidos enfocados en ese beso, ese hermoso beso, que elijo como el primero. Porque él era mi amor verdadero, ese que nunca olvidé ni olvido, que ha quedado por siempre en mi recuerdo.

Dieron las 12 y como Cenicienta tuve que volver a casa, no había carruaje, ni caballos que se convertirían en ratones. Sólo era mi límite de tiempo que se terminaba, debía volver. ¿Me tomó de la mano? No lo recuerdo. Supongo que no. Nada después de las 12 iba a poder ser entre nosotros. Todo lo que íbamos a tener había sucedido en ese instante. En ese beso.

Cuando llegamos, dulcemente besó mi frente y esperó que me abrieran la puerta para dar media vuelta e irse…

Yo volví a la ciudad con el alma llena de tristeza, dejaba allí a quien sería por siempre mi primer amor, no sabía si volvería a verlo, no sabía qué sucedería en el futuro, si él se daría cuenta de que como yo ninguna lo amaría, si elegiría mi ciudad para continuar sus estudios, si me esperaría… nada sabia, todo lo deseaba.

¿Si volví a verlo? Meses después, regresé en vacaciones de invierno, nos vimos, tuvimos una salida junto a una amiga que fue conmigo… El momento mágico y compartido ya se había esfumado, no tuvo sentido siquiera hablar de lo sucedido. Y mi mente aunque recuerda ese encuentro elige olvidarlo. Y yo también. No hubo nada de malo, sólo más de lo que siempre fue real: no hubo un nosotros más que el de aquella noche, el de aquel beso.

Hoy espero que estés leyendo este relato, que sonrías al fijar en tu memoria un recuerdo mío, que sé no has guardado, pero que para mi lo fue todo: porque desde ese instante supe que quería enamorarme para siempre, quería desmayarme en brazos de quien me amara a mí también, quería la felicidad que con vos no podría tener. Y la tengo, lo conseguí. Si no hubiera conocido ese instante, no se cómo hubiera encontrado mi camino luego.

Así que Gracias "Primer Amor". Y desde ahora teneme en tus recuerdos, porque, no te olvides, siempre estarás en los míos.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé, que no es este el mensaje que esperas... lo siento... Pero esque es tan bonito, mis lágrimas se me saltan, es como un sueño, como... no tengo palabras, gracias por esta hermosa historia, ahora estará tambien siempre en mis recuerdos...

pon dijo...

Qué bonito, cuántos recuerdos me has traído, Ana sureña.....

Max dijo...

Voy a releerlo y vuelvo luego.
Y si puedo articular algo coherente, te comento...

Max dijo...

Nada de saqueadora de palabras. Al final resultaste una pirata de sentimientos de los mares del sur. Porque a ver ¿quien no se reconoce en esa adolescente enamorada? ¿quien no ha "sufrido" aunque sea solo algún pedacito de tu historia?
Pero tú tienes el anillo mágico y el poder de hacernos revivir nuestro primer amor.
Además, en mi caso, me brindaste la oportunidad de saborear el beso que fuí tan cobarde de no pedir.
Gracias Ana.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Sólo paso a contarles que SÉ que estas palabras han llegado al destino esperado en primera instancia...

Ahora, que lleguen también a vuestros corazones es una alegría que completa a la perfección el círculo de aquella historia.

Gracias por estar siempre aquí...

Anónimo dijo...

Mi dulce y querida amiga....siempre sabes como llegar al corazon nuestro con tus relatos, descripciones, vivencias o lo que fuere que quieras contar. Gracias por recordarnos a todos esa primera vez....

Ro

Dalia dijo...

amiga, como siempre tus relatos me llenan mi mente de recuerdos, de dulzura, de puros sentimientos hermosos.
Gracias una vez más, mientras más leo tus relatos más me gustan.
Visitar tu página es uno de los momentos más especiales del día para mí.

Mar del Norte dijo...

Porque aunque se olvide, o se quiera o intente olvidar.. el amor primero en toda su belleza deja una cicatriz en el alma; cicatriz que cura con el tiempo pero que al recordar, inevitablemente, nos acuna unos indefinidos instantes y nos transporta como a un seno materno. Gracias por compartirlo, precioso..

Alas dijo...

Sencillamente mágico mi Anita querida, lo hermoso de los momentos plenos de nuestra vida, esos que descubrimos que lo fueron cuando los volvemos a mirar, es que siempre vuelven a nosotros como nuevos, limpios de impurezas, como una gran llamarada que no nos quema, porque finalmente nos quedamos con lo esencial...

Gracias por toda la magia de la que llenas este lugar, siempre me voy salpicada de polvo de estrellas, un beso...

Jose M. Zendoia dijo...

Hace poco alguien me aseguró que el primer amor es irrepetible y que nunca puedes escapar completamente de él. ¡Ya lo creo! Era mi primer amor quien me lo dijo.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por compartirlo.
Mi "primer amor" ahora es uno de mis mejores amigos. Me siento feliz de que él sea feliz. Cuando le veo siento paz.
Como la he sentido al leerte, amiga.
Un abrazo desde la otra punta del mundo.

Ana dijo...

Gracias Anita.
El primer amor es especial ¿verdad?.
Un beso y mejórate de tu fiebre.

un-angel dijo...

...ya te lo dije, cuanta magia y que bien recreaste ese primer amor, ese primer beso... he tardado mucho en llegar pero ya sabes que siempre estoy ahí, y después de leerte estoy orgulloso de ti. Un beso.

Un Hada Azul

"Gossamer Moondancer"
Mensajera bailarina de la luna... con alas azules

Al Otro Lado del Río...

Al Otro Lado del Río...
Río de La Plata desde Montevideo

El Sauce en el Río Color de León

El Sauce en el Río Color de León
Delta de "El Tigre" - 10/03/2007

Gracias por tu visita