PALABRAS AL SUR DEL MUNDO

Vienen desde el Sur, llegando tímidamente, esperando quedarse en vuestros corazones

Encanto Azul

Encanto Azul
Blog sobre John Barrowman

30 junio, 2006

Es sólo un partido de fútbol...


Nooooo!!! Es mi corazón latiendo en cada compás de las jugadas de esos chicos que dieron todo lo mejor de sí para alcanzar un sueño... un sueño que estas almas al Sur del Mundo teníamos como propio... porque teníamos equipo, esta vez teníamos equipo...

Cada uno de los “chicos de José” es un jugadorazo, algunos la rompieron, algunos no pudieron mostrar todo lo que tenían para dar, pero igual pusieron “lo que hay que poner” y se esforzaron dando un gran partido.

Y las injusticias duelen, porque los penales sólo son hechos fortuitos: hay una “ciencia”, una “práctica”... pero no lo es todo... hubieron 120 minutos previos y ahí es donde estuvo el mal sino (nótese que me niego a decir “mala fortuna”)...

Qué dolor cuando vi al Pato decirle a sus compañeros “Bol..., no doy más, pidan el cambio”... Me dolió a mi... lo habían lesionado seriamente y quien lo hizo ni siquiera fue amonestado... y éste es el único ejemplo que tengo el tono para describir por mi impericia para hablar de fútbol, soy apenas una hincha de argentina que emerge cada cuatro años, que se sienta en el mismo lugar, que se persigna en el comienzo de cada tiempo, que les habla a los jugadores por sus nombres o sobrenombres “Dale Juampi” “Vamos Román” “Bien Carlitos” “Grande Pato!”... Y que quedó en el peor de los silencios cuando todo se terminó. Y que quedé con las lágrimas contenidas hasta que cierto ser alado me conmovió llegando hasta mi ribera y me hizo aflojar y sacar esta angustia.

“Cuando algo no tiene remedio... hay que aguantarse” Frase célebre si las hay en esta vida... y cuán bien aplicable para este alma argentina que no pide sus comentarios, sólo llora en esta hoguera, en el frío del Sur del Mundo, tratando de alcanzar los latidos de esos 23 corazones, que ahora están sufriendo la pena de habérsenos arrancado del campeonato mundial de fútbol.

¡Chicos! Ya volveremos a empezar... hoy lloremos todo lo que queramos, está permitido, un sueño se nos arrebató del corazón.

29 junio, 2006

Corazones...


Dedicado a todos aquellos que anhelan encontrar El Amor (con mayúsculas) o que esperan la llegada de "un día" cuando tendrán ante sí a esa persona que ya les hace palpitar el corazón con un sentimiento nuevo...
Atardecer,
un día que termina,
tristeza y melancolía,
el tiempo que transcurre,
la noche que llega
y yo siempre en el mismo lugar,
sin alteraciones,
sin temblores de tierra,
o de mis rodillas.
Nada.
Porque no te encuentro.
Porque no llegas.
Y no dejo de otear el horizonte,
porque toda mi vida te he esperado.
Es un día que termina,
un día menos de mi vida,
pero un día más cerca de ti,
mas cerca de vernos,
de estrecharnos en un abrazo
de conocer tu aroma y tu perfume
de que tu voz me embargue los sentidos.
Un día menos que falta
para compartir nuestra primera lluvia
refugiándonos en un café,
dejando que el mundo pase
mientras descubrimos
los distintos brillos en nuestras miradas.
Un día más en el que no te conocí...
Un día que dejo atrás
para alcanzarte
o que me alcances...

23 junio, 2006

Recuerdo de una noche de verano

Como una tibia y dulce Navidad,
como un rayo de sol en pleno invierno,
como las montañas,
como el viento norte,
como el agua dulce de un pequeño río...
Así, está en mi corazón.

Como las mañanas azules del campo,
como los almendros en plena primavera,
como las canciones,
como el olor a lluvia,
como el perfume de las noches de enero...
Así, está en mi corazón.

Como las tormentas,
como la poesía
como el tierno tronco de un árbol que crece...
Así, está en mi corazón.

"Así está en mi corazón"
Raul Porchetto, cantautor argentino


Fue una noche de ensueño… con el paso de los años, llegue a dudar si todo no fue un juego de mi imaginación, si de tanto desear ese momento, se deslizó en mis recuerdos como algo real… y en ese caso, las prendas que aún atesoro, serían sólo objetos seleccionados por un capricho de la mente febril de una adolescente enamorada… Pero fue real. Tuvo que haberlo sido. Así lo siento.

Yo lo amé desde el primer instante que escuché a su madre llamarlo por la ventana. Él era un niño y yo más niña aún. Pero no tuve dudas cuando mi corazón latió muy fuerte apenas él cruzó la puerta, dispuesto para entretenerme jugando y haciendo la tarea, mientras nuestras madres se reunían en liturgia.

Esperaba los martes como el campo espera la lluvia en sequía: ese tiempo compartido, esas veladas entretenidas entre juegos, cuadernos, charlas y chistes era lo que más esperaba en la semana. Ya no eran importantes los domingos, salvo porque en dos días volvería a verlo…

Así transcurrieron los meses finales del año ´80, llegó ese verano hermoso que usé soleros, sólo para él, que me puse celosa cuando otra niña se unió al grupo, cuando delineé mis primeras palabras hablando de amor… Hasta encontré una canción que siempre será para mi “la nuestra”… fue un mágico tiempo que duró muy poco, como el verano mismo, pero que en sentimientos fue tan intenso que valió casi como una vida entera.

Cuando recomenzó la escuela yo volví enamorada y me animé a escribirle cartas de amor… cartas que él nunca contestó… pero hubo un día… en un recreo que nos miramos durante los quince minutos que duró. Sólo eso, nos miramos. Y aún no lo olvido. Veo su imagen debajo de aquel tinglado, con pantalones oscuros y su guardapolvos blanco, las manos en los bolsillos, habiendo recibido una carta mía segundos antes. Mirándome a mí, que desde el otro extremo del patio escolar, temblaba emocionada, enamorada, apasionada por mi primer verdadero amor.

Y mi corazón sufrió la tragedia: del campo viajé a la ciudad y nunca más volví a vivir en nuestro pueblo. En el tiempo seguí sabiendo de él porque mi mensajera de aquellas cartas de amor (mi mejor amiga) siempre me enviaba las noticias que tenía: “está estudiando pupilo en el colegio …”, “lo vi en el pueblo”, “lo crucé en un baile”, “sale con una chica”, “me pidió que le escribas a la escuela”…

Finalizaba 1984, le escribí. ¡Y él respondió!, el último día de clases, en casa encontré la primer carta de mi amado, mi primer amor. Nos enviamos correspondencia durante todo 1985, luego él abandonó esa escuela y continuó sus estudios en otra común, con chicos y chicas… y perdimos contacto, algo cambió… Así es la memoria, me olvidé cómo fue, ya no recuerdo cuál fue el instante, cómo se diluyó ese correo… pero puedo asegurar que no se disipó mi amor.

Y llegamos a esa noche. 1986 recién estrenado. Esa mágica noche.

Volví al pueblo, fui por vacaciones de verano a quedarme con una familia amiga. Deseaba volver, deseaba verlo. Era la primera vez que regresaba, la primer oportunidad luego de casi cinco años...

Recuerdo que almorcé en su casa, muy correcta, muy educada, hablando con su mamá, dando noticias de la mía. Pero yo estaba allí por él, que tenía ya esa voz grave, esa voz profunda que hacía mi corazón latir fuerte y difícil disimular mi emoción.

Otro bache en los recuerdos… no se cómo, pero él me invitó a salir. ¿O habré sido yo la que le pedí encontrarnos? No lo se. Probablemente sea esto último y por eso “elegí” olvidarme…

Y me vestí como si aquella noche hubiera transcurrido 30 años antes: una pollera blanca acampanada, zapatos blancos muy bajos, una blusa rosa de manguitas japonesas y botones nacarados, un collar de perlas rosa, un par de aros también rosa y mi cabello recogido en una cola de caballo…

Él pasó por mí, caminamos, yo temblaba… ¿qué iba a decirle? ¿Qué me diría él? Fuimos a un baile, no había lugar, todo estaba reservado, así que seguimos caminando por el pueblo. Por un rato estuvimos con su hermano y la novia que nos llevaron a pasear en su coche y finalmente nos dejaron solos… No había nadie en la calle, los que usualmente salían estaban en el baile, el resto estaba durmiendo. Y sólo se escuchaban nuestros pasos en las veredas.

Descubrí que fumaba, no lo sabía… tenía un jean azul, zapatillas y una remera blanca pegada al cuerpo… llevaba sus cigarrillos de cajetilla amarilla en la manga de la remera. Me parecía adorable.

Nos sentamos en un tapial bajo, frente a una hermosa casa con un gran jardín. Uno al lado del otro, él a mi derecha. La noche, cálida y estrellada. De pronto se levanta y roba de ese jardín tres rosas amarillas delicadamente perfumadas… Y hablamos de muchas cosas, de los sueños, de los proyectos, de lo que nunca podría ser… lo nuestro.

Me animé a hacerle un pedido, un deseo a las estrellas. Un beso. Recuerdo su mirada, larga, detenida en el tiempo, un instante que duró tal vez sólo un par de segundos, pero que para mi no tenía fin al encontrarme con su profundidad, sus oscuros ojos mirando los míos. Y me besó. Me sentí desmayar en sus brazos cuando sostuvo mi espalda para besarme. Recuerdo el sabor del tabaco, la textura de su boca, la suavidad del contacto, la firmeza de sus brazos al tenerme… Permanecimos así, no recuerdo cuánto. Tampoco tengo memoria de sonidos, ni brisas, ni otros aromas, sólo todos mis sentidos enfocados en ese beso, ese hermoso beso, que elijo como el primero. Porque él era mi amor verdadero, ese que nunca olvidé ni olvido, que ha quedado por siempre en mi recuerdo.

Dieron las 12 y como Cenicienta tuve que volver a casa, no había carruaje, ni caballos que se convertirían en ratones. Sólo era mi límite de tiempo que se terminaba, debía volver. ¿Me tomó de la mano? No lo recuerdo. Supongo que no. Nada después de las 12 iba a poder ser entre nosotros. Todo lo que íbamos a tener había sucedido en ese instante. En ese beso.

Cuando llegamos, dulcemente besó mi frente y esperó que me abrieran la puerta para dar media vuelta e irse…

Yo volví a la ciudad con el alma llena de tristeza, dejaba allí a quien sería por siempre mi primer amor, no sabía si volvería a verlo, no sabía qué sucedería en el futuro, si él se daría cuenta de que como yo ninguna lo amaría, si elegiría mi ciudad para continuar sus estudios, si me esperaría… nada sabia, todo lo deseaba.

¿Si volví a verlo? Meses después, regresé en vacaciones de invierno, nos vimos, tuvimos una salida junto a una amiga que fue conmigo… El momento mágico y compartido ya se había esfumado, no tuvo sentido siquiera hablar de lo sucedido. Y mi mente aunque recuerda ese encuentro elige olvidarlo. Y yo también. No hubo nada de malo, sólo más de lo que siempre fue real: no hubo un nosotros más que el de aquella noche, el de aquel beso.

Hoy espero que estés leyendo este relato, que sonrías al fijar en tu memoria un recuerdo mío, que sé no has guardado, pero que para mi lo fue todo: porque desde ese instante supe que quería enamorarme para siempre, quería desmayarme en brazos de quien me amara a mí también, quería la felicidad que con vos no podría tener. Y la tengo, lo conseguí. Si no hubiera conocido ese instante, no se cómo hubiera encontrado mi camino luego.

Así que Gracias "Primer Amor". Y desde ahora teneme en tus recuerdos, porque, no te olvides, siempre estarás en los míos.

18 junio, 2006

Llegando


Despierta.
Ya no duermas.
Estoy aquí, contigo.
He llegado,
he cruzado el océano del tiempo,
los abismos de la realidad y…
estoy a tu lado.
Me trajo la memoria perdida,
me acercó la melancolía eterna.
Y ahora regreso a ti…
Me perdí sin tu voz,
los Titanes me arrastraron
y me dejaron en otra vida,
en otra tierra, con otro ojos.
Pero el alma es la misma
y por eso te he hallado:
porque te conozco,
porque te sé,
porque te necesito.
Y tú me conoces,
sin seducirme, me tienes;
sin apasionarme, me posees…
sólo se trata de sentirnos,
dejarte ser, dejarme ser
en cada átomo, en cada partícula
unidos por nada y por todo.
Dos espíritus a la deriva,
dos almas gemelas…
inquilinos del universo infinito,
dueños de nuestro mundo sublime y sencillo
creado con nuestros sentimientos,
cultivado con nuestras palabras.
Te he extrañado tanto...

15 junio, 2006

... Extravío...


¿Hacia dónde voy? Tal vez he llegado a la encrucijada o tan sólo he olvidado dónde estaba el sendero… casi como Bilbo Bolsón y los Enanos cuando se salen del camino en el Bosque y nunca más consiguen regresar a él… claro que las aventuras de Bilbo fueron geniales… o más o menos… él siempre deseaba volver a su pequeño agujero hobbit, donde estaba la marmita caliente y unos pastelillos deliciosos…

Mi agujero hobbit… ¿Ahí es donde quiero regresar? ¿Dónde está, cuál es? ¿O acaso una Montaña Solitaria custodiada por un "Smaugg" me está esperando? Sortear al dragón y conseguir el tesoro… como todo un saqueador… Oh! Me metí en un brete con esta metáfora… como el pequeño Bilbo al encontrar el Anillo…

Mi Anillo es escribir… lo había abandonado y ahora me llamó de nuevo. Parafraseando a mi Amigo del Alma, diré que este Anillo en lugar de llevarme a las tinieblas, sólo me guía hacia la luz… Aquí tampoco veo a Gollum dispuesto a romperme el cuello por él… porque mis escritos no tienen mucho de mágico, ni mucho de misterioso… tan sólo soy una saqueadora de palabras que trata de engarzarlas lo mejor posible para dejar una bonita pieza de joyería… A veces me salen bonitos collares de perlas, en otras ocasiones tan sólo consigo unir simples cuentas de latón que no dicen mucho, sólo encandilan un ratito mientras brilla el sol del día en que nacieron; luego se opacan y nadie más las mirará.

Ah!, pero cuando una joya me queda como tal, es vista y admirada. Y yo me olvido por un instante que soy sólo una "saqueadora" hobbit que intenta siempre volver a su agujero, creo que puedo con mi pequeña daga conquistar más tesoros… doblegar más dragones y abundar en riquezas… pero no soy así, yo soy como Bilbo, el humilde y soñador Bilbo Bolsón, de la Comarca, con un espíritu gigante y una realidad que a veces me ata, a veces me suelta, pero verdadeamente fortalecida por la llegada de un Anillo Mágico. Y con ese Anillo sólo deseo darme a los demás, combatir esos miedos que me paralizan, que me hacen callar, que me hacen caer… con este Anillo puedo hacer magia enlazando corazones, apareciendo justo cuando alguien me necesita en el lugar menos pensado… mi Anillo me acerca a todos y me aleja de aquello que detesto: atascarme en la realidad, no seguir, permanecer inalterable…

Al final de cuentas sólo tenía que rebuscar en mis pensamientos y darme cuenta que: Mi agujero hobbit… es mi propio corazón; mi Montaña Solitaria es el corazón de quien me lee; los dragones son rendirme, permitirme otra vez no continuar, dejarme caer… Los Enanos son mis buenos lectores que siempre confían en este saqueador temeroso pero valiente y el Mago Gandalf es la inspiración, esa que llega en el momento más loco, en el instante más triste, en el lugar menos pensado, en la situación más feliz. Mi Anillo, aquí lo afirmo, es escribir: con mi Anillo puedo hacer la magia que los demás esperan y que tanto me agrada… Y Gollum… pues sí que tengo un Gollum: mi miedo a dejar de Sentir y de no poder por ello hacer Sentir a alguien más. Gollum es llegar a no ser fiel a mi misma, a mi escencia.

Así que mejor voy dejar de buscar el sendero y me voy a dejar llevar los pasos por este bosque y por ahora seguiré esas luces y esa música que se escucha por allí... parece una hoguera y el chirrido de una armónica... y en el mientras tanto, me aventuraré con las inspiraciones que Gandalf pueda sembrar para mi y que con mi Anillo pueda descubrir y describir.

Gracias por acompañar en esta aventura a una melancólica hobbit amante de la tranquilidad pero con un espíritu elfo que la lleva a la ilusión una y otra vez.


Lectura recomendada: El Hobbit - J.R.R.Tolkien

13 junio, 2006

Nunca Quise


Por estos días he encontrado una historia cortita, contada en, según creo, menos de tres minutos: lo que dura el video de la canción.

Ojalá pueda transmitirles con mis palabras lo que las imágenes han dejado en mi…



Son gigantes, estrellas, todo alrededor está oscuro, sólo está su brillo… así es como se ven…

Ambos juegan en el mismo equipo, se complementan, son una dupla: se pasan la pelota, son generosos, el Nueve se la da al Siete y éste mete el gol… Y viene el festejo entre ellos y con todo el equipo, como siempre en el fútbol.

El goleador llama la atención de la prensa y del dinero.

Aquel, quien lo complementa, no duda en hacerse a un costado y así ve cómo los micrófonos adulan a su compañero, cómo pronto tiene otra camiseta, cómo aquellos entrenamientos compartidos ya no serán lo mismo, cómo los festejos en equipo dentro de los vestuarios no volverán a repetirse.

Y el campeonato en las inferiores sigue, y él se ha quedado solo, no tiene a quién pasarle la pelota, intenta el gol por sí mismo… pero ya nada es igual. No convierte el tanto, se cae, lo agarran de la camiseta, se enoja ¡si hasta parece que perdió velocidad!

El chico mimado está en la tribuna, vino con una novia a ver al equipo que lo vio nacer. ¿Qué pensará? ¿Qué sentirá cuando su antiguo compañero es expulsado de la cancha? ¿Acaso adivina la soledad que lo agobia en el vestuario?

No parece tan gigante, pero sí es estrella y sigue brillando en la penumbra del campo de juego cuando todos se han ido… Vuelve a ese césped donde se hizo grande, no tiene ya la camiseta, no están los hinchas, está únicamente él, solo.

Su viejo compañero, el que lo hizo brillar, se acerca. Está calmado, está sereno, ya tampoco está limitado por el juego, es sencillamente él, que viene a alcanzarlo en ese lugar tantas veces compartido. Ambos traen a cuestas sus soledades: uno opacándose sin quererlo, el otro brillando demasiado sin haberlo deseado. Así que quizás en el momento que más se necesitan vuelven a encontrarse… y uno toma la cabeza del otro con ambas manos, con los dedos abiertos para poder acariciar sus mejillas, las orejas, su pelo; el otro, se entrega y desliza sus manos por la espalda de su ex-compañero, la recorre y lo acerca, aferrándose a sus hombros.

Por fin sus bocas también se unen y se encuentran también en un beso, rítmico, esperado, anhelado, lleno de deseo y sentimientos…

Y esa canción los deja allí, en medio de una cancha de inferiores, a donde ya uno de ellos no pertenece…


El tema es “Nunca Quise”, el grupo es “Intoxicados”, rock argentino, de esos con voz de arena, de voz gastada… de letra un poco romántica, un poco trágica, un poco cómica. Como la vida misma.

09 junio, 2006

Encontrándome, te encuentro


En silencio, muy quieta. Calmada, serena, dejándome llevar por la corriente, que las estrellas penetren en mi alma, que los latidos del corazón acompasen mi respiración...
Volverme hacia dentro, a conocer los sentidos, los que me conmovieron hace tiempo, hace rato, ayer, mañana. Mi esencia, lo verdadero de mí misma.
Sentir el leve contacto de mi alma acercándose intangible por sobre cada pedazo de la realidad... Viajar sin moverme, únicamente pensando en quien me piensa y en quien no me olvida. Recordar….
Soñar con lo que es y lo que no fue, con lo que deseo...
Tener claridad... un momento, que sea eterno, que me regrese a donde todo empezó, que sea un sonido el recuerdo, que sea un beso del universo que me toca donde nadie lo hizo antes, ese instante que me dio todo y que me quitó todo en un segundo… dejándome con preguntas, con ganas de volver a saber lo que supe en ese instante.
Creer otra vez, como cuando no sabía por qué volaba una mariposa o por qué el cielo nocturno se llenaba de luces que no iluminan plenamente pero que podían guiar el sendero... suponer la magia como religión de mi espíritu, dejando ser cada fibra de mi ser y entregarme a esa quimera.
Y así tener respuestas sin palabras, sólo mis sentimientos lo sabrán y me sentiré plena. Del contacto. De estar enlazada a vos... en tan franca pureza… sin mezquindades… sólo por lo que sos y por lo que hacés que sea… Enlazada a vos, para siempre.

06 junio, 2006

Menos de dos minutos antes...

No puedo decir que te extraño
aunque te extrañe.
No puedo pensar en verte
cuando mi vida entera está entre los dos.
Momentos equivocados, lugares imposibles...
¿En el futuro tal vez? ¡Diablos! Ojalá lo supiera.
¿Puede ser que sea cierto?
¡Maldita sea! Me he enamorado de tí...
Cómo hago para dejar de pensarte
si estás metido en cada rincón de mi cuerpo:
aun te saboreo en cada bocado,
en cada trago, en cada bocanada de humo.
¿Te he dejado yo marcas?
Porque tú sí que las dejaste...
cada caricia que me diste
aún me hiere y me estremece.
Te buscaría hasta en el fin del mundo
si supiera que podría tenerte de nuevo...
Pero estoy atascado, ¡yo mismo lo hice!
porque iba a olvidarte apenas dejara de verte,
iba a volterame e ibas a desaparecer.
Pero no sucedió.
Hice todo por dejarte atrás
pero siempre me adelantaste un paso ¿no?
Tú siempre supiste cómo iba a ser esto...
Ojalá también lo hubiera sabido,
ahora no me estaría muriendo
por oír tu risa, por ver tus ojos
por besar tu boca,
por tenerte de nuevo...
Ahora estaría contigo en algún lugar perdido,
olvidados del mundo.
Pero sólo vuelvo a casa, a seguir la vida
a esperar que un día... pueda olvidarte.


-¿Conoces a alguien llamado Jack?
- Tal vez, ¿por qué?
- Te llegó una postal...

03 junio, 2006

Nunca tuve palabras para mi Amor... hasta hoy


Dónde encontraré fuerzas para caminar
cuando no lo hagas conmigo...
Cómo imaginar la oscuridad
sin tu contacto a mi lado...
Una almohada vacía,
medio lecho desierto,
mi alma extraviada,
mis sentimientos desechos.
No puedo.
Me duele desde dentro,
mis pensamientos se anulan,
sólo queda el desgarro
de cada una de mis lágrimas
rodando por mi corazón desnudo.
Al perderte estaré perdida,
si mueres, moriré contigo,
no me quedará aliento,
no me quedarán suspiros.
Sólo el todo de la nada,
sólo mucho del vacío.
Si por Bendición me fuera primero,
sé que no evitaría sufrir lo que sufriría
si fueras tú quien antes partiera:
eres mi Amor, mi otra mitad,
soy tu complemento, tu amada.
Separados, sólo somos alguien más,
juntos, tenemos sentido,
somos una unidad,
más allá del cuerpo,
específicamente en el alma:
Uno.

01 junio, 2006

Cuándo


¿En qué instante supe que iba a quererte?
¿Cuál fue la palabra exacta que me conmovió?
¿Cómo abriste mis puertas y ventanas
inundándome con tu sol y tu aroma?
No fueron tus ojos, no fue tu voz,
fue algo ajeno a todo lo conocido;
y no tuve miedo, estaba contigo.
¿Cuándo llegaste a mi, cuándo llegué a ti?
Ya dejó de tener importancia,
el tiempo siempre fue y será "ahora"
en esta burbuja que es nuestra realidad,
el espacio inmaterial que tenemos,
el único que compartimos:
el nuestro, tuyo y mío.

Un Hada Azul

"Gossamer Moondancer"
Mensajera bailarina de la luna... con alas azules

Al Otro Lado del Río...

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Río de La Plata desde Montevideo

El Sauce en el Río Color de León

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Delta de "El Tigre" - 10/03/2007

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